Por José Ricardo Taveras Blanco

1. El reciclaje de la palabra cambio es recurrente cuando se vende un proyecto sin contenido o de contenido oculto. El hastío nos pierde, nos lanza sin rumbos en los brazos del azar, porque pretendemos navegar cuando simplemente nos lanzamos al mar, sin brújula ni destino.

2. La sociedad de consumo genera una cultura de aislamiento, nos conduce a la burbuja de nuestro nanométrico universo, estimula el espíritu especializado y nos aleja de la visión integral de la vida, nos encarcela en el eje del YO que desprecia mirar de reojo el NOSOTROS.

3. Saber que estamos a salvo junto a los nuestros nos conforta y también nos hace virar la cara, olvidamos que la vida no se detiene afuera, con una intensidad tal que puede hacer añicos la superficialidad que nos deleita, ajenos a todo lo que somos y a todo lo que pasa.

4. Eludimos SABER, repudiamos INVESTIGAR algo más que un titular y de momento hasta un twit es demasiado, pero tranquilos, hay quienes están ahí para moldear lo que debemos saber o pensar, eso es suficiente, y por supuesto, hacemos un tratado de sabiduría de las especulaciones.

5. En el fondo no sabemos nada, somos hijos de la sociedad líquida, esa que a fuerza de invertir y repetir lo que desean los intereses nos convierte el cerebro en una bacinilla donde vierten estereotipos para condicionarnos, porque no asumimos valores que guíen el pensamiento.

6. Cuando nos llega la hora de la verdad somos incapaces de advertir el peligro, lo desafiamos irresponsablemente, olvidamos detenernos a valorar los partos de la historia, el peso gráfico de la realidad que enseña y preferimos lanzarnos en los brazos de la quimera que nos pierde.

7. De ahí que seamos víctima frecuente del retroceso que mata y remata la esperanza, reciclan la historia con nuestro olvido, instrumentalizan nuestras pasiones y nos conducen al vacío de repetir lecciones que debimos dar por aprendidas, y un día sin darnos cuenta, caeremos prisioneros en los brazos del caos populista, todo, por PRETENDER QUE SABEMOS, SIN SABER QUE PASA, NI PORQUÉ. Seguimos en contacto.

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