Independencia a lo interno del Ministerio Público.

Por: Valentín Medrano Peña.

Un grupo de privilegiados fiscales, que siempre han estado en direcciones del Ministerio Público, con honrosas excepciones, por ser dechados de virtudes, deidades, semidioses descendientes de los mismos dioses del Olimpo, y que a diferencia de sus pares fueron receptores de las merecidas mieles y privilegios cuando el Ministerio Público se ejercía por dedos, han salido públicamente a requerir que sea nombrado un Procurador Independiente, y con una serie de cualidades que direccionaban a una persona específica, que extrañamente en esta ocasión no acompañó a los firmantes, raro porque en posturas anteriores encabezaba lo que definen como una actitud “independiente” dentro del Ministerio Público.

Bueno, estos ex titulares, ex directores, ex coordinadores, ex presidentes de gremios, ex directores técnicos, ex sub directores, claro por absolutos “méritos”, que no tenían ningunos de sus iguales en el Ministerio Público, quieren de retorno sus merecidas canonjias y privilegios. Y para ello se inscriben en la elevación de una candidatura, que todo el mundo conoce, y que creen que se burlan de la inteligencia de todos al creer que nos hacen creer que quieren cualquier independiente. Quieren a su “independiente”, que les aseguró selecciones, puestos, ascensos, con la anuencia de los políticos que dirigieron al Ministerio Público, los políticos que ahora extrañamente les hieden.

Estos neo independientes me dan una hermosa oportunidad de referirme a su pretendida “independencia”, que es algo de lo que carecen en lo absoluto, y más que jugar a serlo, fueron siempre en sus ejercicios, vedettes judiciales, arbitrarios, obsecados, persecutores selectivos de perredeistas antes peremeistas hoy, y afectadores del debido proceso amén de trocadores de la mínima intervención, otra vez, reitero, con unas pocas excepciones.

El Ministerio Público se rige por los principios constitucionales de objetividad, indivisibilidad, unidad de actuación, jerárquico, etc. Lo que quiere decir que el Ministerio Público es un equipo, un cuerpo indivisible, uno, solo uno, y que además sus actuaciones deben estar siempre unidas.

En los deportes hay disciplinas individuales como el tenis, el boxeo, atletismo, etc, y deportes de equipos como el basketball, el baseball, el fútbol y otros. Si pudiéramos hacer un símil para definir la naturaleza o pertenencia, por ejemplo, del Poder Judicial respecto que tipo de deporte sería (de equipo o individual), este devendría en ser sin dudas un deporte individual, pues las decisiones de sus miembros, jueces, deben estar marginadas de la incidencia de sus pares, de sus superiores y de cualquier otro poder (Art. 149 de la Constitución). Empero si hacemos el mismo ejercicio con el Ministerio Público este resultaría ser un deporte de equipo, donde todos empujan en una misma dirección y usan sus habilidades para hacer ganar al equipo y con ello a la sociedad.

Ser independiente a lo interno del Ministerio Público es ser desleal, ser indisciplinado, no responder a la política criminal, traicionar a la institución y a la sociedad, y jugar en contra del equipo, amén de irrespetar la obligada “unidad de actuaciones”.

Si el Ministerio Público pudiera llegar a ser independiente a lo interno y lo externo, no sería necesaria su actual y legal conformación, no serían necesarios los fiscales titulares, ni directores, ni nada parecido, pues cada fiscal o fiscalizador sería una isla aparte, que no recibe siquiera sugerencias de sus superiores, en violación al Principio Jerárquico.

Como se ve el asunto no es tan sencillo y sus procuras de hacerse con la Procuraduría les lleva a apartarse de los principios rectores de la función de fiscal y demostrar su proclividad a violar la Constitución y las leyes, con las mismas excepciones, si las hubiera. No entiendo como quieren proscribir la violación a la ley con tal demostración de carencia ética respecto del respeto debido a la misma (indivisibilidad, unidad de actuación, jerarquía).

Lo que se propone es ilegal, inconstitucional y peligrosista, sobre todo si recae en una persona cargada de odio y con apetencias que no se detienen en dicho cargo, y que sea capaz, reiteramos, tomado de un artículo anterior, de meter al país en un atolladero institucional.

Ciertamente se puede escoger un Procurador apolítico, pero jamás prohijar una independencia a lo interno del Ministerio Público, pues no podríamos entonces hablar de política criminal del Estado, sino de criterios particulares y sesgados de criminalidad y debida actuación.

Pero que lo hagan y que se joda to’.

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