Puerto Príncipe, 18 ago (Prensa Latina).- Cuatro de los 10 departamentos de Haití son los más afectados hoy por el desempleo en plena pandemia de la Covid-19, reveló un informe de la Comisión Nacional de Seguridad Alimentaria (CNSA).

Según la entidad, actualmente el departamento Centro tiene un 17,8 por ciento de desempleados, seguido de Oeste (14,6 por ciento), Sur (12,9 por ciento) y Grand Anse (11,2 por ciento).

La CNSA realizó una encuesta nacional, junto a organismos de Naciones Unidas, para medir cómo la pandemia impactó la seguridad alimentaria, medios de vida y producción agrícola.

Sus resultados sugieren que la Covid-19 afectó negativamente los ingresos del 95 por ciento de los hogares haitianos, y elevó en un 10 por ciento el desempleo. La situación es más crítica en las zonas rurales con respecto a las urbanas.

‘En zonas urbanas el 15,8 por ciento de los hogares perdió su empleo, contra el 7,8 en las zonas urbanas, sin embargo los hogares rurales se ven más afectados por la caída de ingresos’, señala el informe.

En este apartado, los departamentos Artibonite, Nippes, Noreste y Sudeste muestran las peores cifras, con una reducción de más del 90 por ciento de los ingresos de los hogares.

Además de la constricción económica, 33,5 por ciento de los encuestados dijo afectarse por el aumento de los precios de los productos alimentarios, mientras el 25,3 por ciento se refirió al alza de los insumos agrícolas.

El CNSA concluyó que la mayoría de los hogares mostraron un perfil de inseguridad alimentaria preocupante.

En julio pasado, el organismo adelantó el negativo impacto de la crisis sanitaria en los empleos, remesas de la diáspora, interrupción de las cadenas de suministros a nivel mundial y el aumento de los precios de la canasta básica.

Al menos el 40 por ciento de la población de Haití padece inseguridad alimentaria, especialmente en zonas como del departamento Noroeste, barrios muy vulnerables de Cité Soleil, en la capital, la región costera de Grand-Anse y buena parte del Oeste.

La pandemia de la Covid-19 y la creciente inflación exacerbaron el fenómeno al incrementarse las compras de pánico, mientras se desploma la moneda nacional frente al dólar y son escasos los resultados de la campaña de invierno.