La presión por reducir el uso de plásticos en numerosos países amenaza con frenar el avance de la demanda global de petróleo en los próximos años, según un informe del grupo de pensamiento sobre la crisis climática «Carbon Tracker».
El grupo calcula que el cambio de tendencia que ha llevado a gobiernos de todo el mundo a aprobar medidas contra la utilización indiscriminada de plásticos pone en riesgo inversiones industriales del sector petroquímico por valor de 400,000 millones de dólares (338,000 millones de euros) durante este lustro.
Según el informe, los escenarios que manejan la petrolera BP y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) sugieren que los plásticos deberían ser el principal impulsor de la demanda de petróleo en un futuro cercano.
«Carbon Tracker» advierte, sin embargo, de que el cambio de modelo productivo puede rebajar la demanda de plástico desde el 4 % hasta el 1 %, lo que golpearía al sector de los hidrocarburos.
«Si eliminamos el pilar del plástico, que sostiene el futuro de la industria del petróleo, toda la narrativa del aumento de la demanda se desmorona», señala en un comunicado Kingsmill Bond, autor del estudio de «Carbon Tracker».
El grupo de pensamiento advierte de que los plásticos están asociados a emisiones de dióxido de carbono, así como a la difusión de otros gases nocivos para la salud y la contaminación de los mares.
El informe estima que el uso de plásticos tiene un coste en la sociedad de 1,000 dólares por tonelada (845 euros) o 350,000 millones de dólares al año (295,850 euros).
A pesar de ese impacto, la industria del plástico «recibe más subsidios de lo que paga en impuestos», asegura el documento de «Carbon Tracker».
El grupo de pensamiento alerta asimismo de que el 36 % del plástico que se fabrica sirve para un solo uso, mientras que el 40 % acaba provocando daños en el medio ambiente y tan solo el 5 % se recicla.