Por Gilbert Guzmán
Eran aproximadamente las 10 de la mañana del siete de marzo del 2017.
El presidente de la Asociación Dominicana de Profesores, Eduardo Hidalgo, movilizó las tropas de la ADP a la parte frontal del ministerio de Educación, dirigido por Andrés Navarro.
Los docentes se opusieron a la ordenanza 24/2017, el controversial documento desató los “demonios”.
El mismo Andres Navarro impuso a sangre y fuego la ordenanza en la cual designó 18 directores distritales y regionales, violando la ley 66/97 y el Pacto Educativo. La misma que hoy está siendo objetada por un color de Partido diferente.
No apoyamos la decisión del nuevo ministro de Educación, Roberto Fulcar, de anular esa ordenanza. Y los que fueron designados hasta el 2023, ahora están en una incertidumbre
Qué pasará con ellos?, ya tienen derechos adquiridos!
A eso hay que buscarle un bajadero.
Escoger directores distritales sin concursos es un retroceso para el sistema educativo dominicano.
Lo que no puede hacer el ministerio de Educación es detenerse en eso, mover esas aguas, en momentos en que atravesamos por una crisis en el sector educativo generado por un enemigo microscópico (COVID19) que reclama de cabeza fría.
El “mismo Navarro”, tenía un proyecto presidencial, utilizo esa plataforma para ponerlo en marcha.
El ministro de Educación necesita de asesores, ese ruido ahora, a menos de un mes de Gobierno, ya representa un sonido ensordecedor. O es la clarinada del cambio?
Todavía “el mismo Navarro” y Eduardo Hidalgo, expresidente de la (ADP) están enemistados, ni porque el expresidente Danilo Medina lo sentó en el Palacio Nacional para que se quitaran los guantes y volvieran a su redil.
Despolitizar la educación debe ser la meta del nuevo Gobierno.
Utilizar los docentes como instrumentos políticos para sacar ventajas es un crimen de lesa humanidad
Definan eso!!