MI SENTIR

Por Balbueno Medina

En vista de que el presidente Luis Abinader, ha designado las nuevas autoridades del Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) y la Dirección de Defensa  e Información de los Afiliados (DIDA), y algunos sectores han propugnado por un mejor uso de los Fondos de Pensiones, se hace necesario que se retome con fuerzas la discusión de la reforma a la Ley 87-01, de manera definitiva.

Los nuevos funcionarios de la Seguridad Social, deberían embarcarse en la elaboración de un Plan de Relanzamiento de la Seguridad Social, ante el amplio disgusto que el actual sistema en sus diferentes vertientes registra en el seno de la población dominicana.

Ahora que el equipo dirigido por el señor Félix Aracena Vargas, en su condición de Gerente General del Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS), tiene todos los bríos y la autoridad necesaria para producir los cambios que amerita la Ley 87-01, para adaptarla a los intereses de las grandes mayorías de la nación, es necesario que convoque a los diferentes sectores para esbozar las prioridades de ese Plan de Relanzamiento de la normativa.

Las propuestas que han sido llevadas al Congreso Nacional en aras de producir las reformas que necesita el Sistema Dominicano de Seguridad Social, son altamente conocidas pero las pasadas autoridades nunca hicieron nada por temor a no afectar a ninguno de los sectores que se mantienen enfrentados por la reforma que en cualquier momento deberá darse para tranquilidad de la sociedad dominicana.

El gobierno y  los nuevos funcionarios de la Seguridad Social, le harían un gran favor al pueblo dominicano si retoman las discusiones de la reforma a Ley 97-01, tomando en cuenta los reclamos de los diferentes sectores de la sociedad dominicana respecto a las demandas que se han hecho de mejoría en los servicios que reciben los afiliados al sistema de Seguridad Social.

No es justo que los trabajadores y los patronos,  se pasen toda la vida sustentando un Sistema de Seguridad Social que no resuelva mínimamente las necesidades de los usuarios de servicios de salud, ni garanticen un retiro mediante el pago de una pensión que les permita vivir dignamente los últimos años de su vejez, por la desidia y la falta de carácter de quienes con justicia deben acometer los cambios que se necesitan para alcanzar una verdadera Seguridad Social en el país.

La reforma a la Ley 87-01, no aguanta más, y si quienes todavía se resisten a dar el paso en su modificación no lo entienden, solo deben investigar lo que ha sucedido en los países que sirvieron de modelo para su implementación en la República Dominicana para que saquen sus conclusiones y procedan a unirse a quienes reclamamos la instauración de un mejor Sistema de Seguridad Social para la sociedad dominicana.

Los nuevos funcionarios, no deben perder tiempo en la necesaria tarea de hacer un amplio levantamiento en las diferentes áreas del Sistema Dominicano de Seguridad Social y en bese al mismo determinar las fortalezas y debilidades de cada una, para elaborar el urgente Plan de Relanzamiento y presentar la propuesta que necesitaría el país para acabar con las injusticias e iniquidades que se cometen contra los afiliados al Sistema.

Para lograr el necesario consenso que podría encabezar el nuevo gobierno a través de las autoridades del Sistema Dominicano de Seguridad Social, sería saludable que se retiren del Congreso Nacional  las propuestas que han sido presentadas a la Ley 87-01 y que las mismas sean sometidas a una profunda discusión del Consejo Nacional de la Seguridad Social, con el objetivo de elaborar una propuesta conjunta que permita aprobar una verdadera reforma social que represente la genuina  garantía del pueblo dominicano, tomando en cuenta las características de los diferentes sectores laborales de la nación.

A raíz de ese anhelado y esperado consenso de la sociedad dominicana, es que se necesitaría que el Estado de común acuerdo con los sectores interesados, podría continuar tomando las decisiones que se requieren para garantizar la convivencia de los diferentes actores de la Seguridad Social, sin perjuicio marcado de la mayoría, como ha estado ocurriendo en la actualidad, sino en favor de todo el pueblo dominicano tal y como aspiramos todos los ciudadanos de este país.

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