AIRD presenta estudios indican el potencial del sector de la construcción para avanzar a procesos de economía circular
República Dominicana se encuentra en un momento idóneo para forjar alianzas, avanzar en el coprocesamiento de residuos de construcción y demolición (RCD) y fortalecer la cadena de valor del sector de la construcción de modo que pueda avanzarse en implementar el modelo de economía circular también en ese segmento de la economía del país.
Esta conclusión es el resultado de la presentación de dos estudios. El primero es un “Diagnóstico de residuos de construcción en República Dominicana” presentado por Deborah Navarro, directora general de Serviguide, y el segundo es una “Caracterización de residuos de construcción” en el país, el cual fue presentado por José Adolfo Herrera, director de la Escuela de Ingeniería Civil de la UNPHU. Los estudios fueron dados a conocer en un webinar organizado por la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD).
Circe Almánzar vicepresidente ejecutiva de la AIRD, al dejar abierta la actividad dijo tener la esperanza de que un trabajo conjunto del sector privado, el sector público y la academia, permitan un mayor desarrollo de esta cadena de valor impulsando así un nuevo modelo económico y la sostenibilidad ambiental.
Explicó la importancia de dichos estudios afirmando que “permitirán una base más fuerte de información para que podamos tener planes más efectivos para el desarrollo de la economía circular en el sector de la construcción”.
Serviguide: una gran oportunidad
En su presentación, Navarro explicó que el porcentaje de residuos de la construcción y demolición (RCD) que se aprovecha en el país es solo de un 8%, por lo cual el potencial de reutilización y aprovechamiento es grande “siempre y cuando se cumplan un conjunto de características importantes entre ellas: segregación en origen, normas técnicas para el reciclaje de demolición y construcción, cambios en el marco legal como normativa para la gestión integral de residuos de la construcción y demolición”, entre otros.
Enumeró algunos de los usos que se dan a estos residuos en otros países: bases hidráulicas en caminos, estacionamientos, concretos hidráulicos; bases asfálticas o negras; cobertura en relleno, fabricación de blocks, tabiques, postes, bordillos. Además, firmes de concreto, construcción de muros, así como paneles y placas de yeso, entre otros.
El estudio de Serviguide buscó establecer la cantidad de metros cúbicos de residuos de construcción y demolición, es decir de residuos, por metro cuadrado de construcción en economías similares a la dominicana, estableciendo así un indicador que fue de 0.18 metros cúbico por metro cuadrado de construcción.
Al aplicar este índice al dato sobre construcción en el 2018, señaló que se construyeron 4.4 millones de metros cuadrados, originando unos 800 mil metros cúbicos de RCD, destacándose un 24.4% de concreto (cal, cemento, arena y agua); 43.1% de tierra (excavación) y un 23.3% de bloque tabique (concreto).
Indicó que en general hay desconocimiento en cuanto la trazabilidad y procesamiento de dichos residuos. Sin embargo, los miembros del sector tienen interés en conocer la trazabilidad, y en el caso de residuos minerales, las empresas constructoras contratan a empresas que realizan el servicio de botes de materiales, pero no se dispone de evidencia de una adecuada gestión.
En conclusión, existe un alto potencial para ampliar el procesamiento, reaprovechamiento de residuos de la construcción, lo que es una gran oportunidad al sector y para la colaboración públicas privadas impulsando una menor dependencia de las importaciones, optimización de costos de materias primas, desarrollo de nuevas oportunidades de negocio liberadas en el mercado dominicano.
Señaló que para avanzar en la economía circular se debe impulsar la investigación, desarrollo e innovación de los materiales y, además, establecer por normativa cómo llevar a cabo la demolición de las construcciones de modo que se facilite la segregación de los residuos en su origen.
Aseguró que es más rentable coprocesar que compra de materias primas vírgenes, siempre y cuando exista la gestión previa, la segregación, la logística bien implementada, para lo cual lo primero que se necesita es un marco jurídico que marque las pautas de cómo se debe gestionar de inicio a fin ese tipo de residuos. Se trata, indicó, de ventaja económica, social y ambiental.
UNPHU: Caracterización de los residuos de la construcción
El estudio de la UNPHU, presentado por Herrera Acevedo, tuvo por objetivo caracterizar los residuos de construcción y demolición generados en la República Dominicana y determinar posibles usos de los mismos, a partir de dichas características, tomando como referencia cuatro tipos de obras diferentes: en demolición para dar paso a nuevas obras, excavación de las fundaciones, construcción de la etapa “gris” y obra piloto en etapa de terminación.
Un resultado clave es que el indicador promedio de metros cúbicos de residuos generados por metro cuadrado de construcción fue de 0.20 (en diversos países tomados de referencia el índice varía de 0.16 a 0.22).
Herrera Acevedo afirmó que, según la información disponible a partir del estudio, se generaron en el 2019 un total 1.1 millón de metros cúbicos de residuos de construcción y demolición, lo cual ratifica la existencia de un potencial importante para impulsar procesos de reciclaje y economía circular.
Al descomponer los residuos de construcción y demolición generados el estudio reveló que los tres primeros renglones fueron: el 34.2% se trata de “concreto, arena, gravas y mortero”, el 41.12% en suelos provenientes de excavaciones; bloques de hormigón 11.40%.
Para varios de los residuos generados existe un mercado secundario o mercado de reuso. También indicó la posibilidad de nuevos nichos, entre los que destacó: Uso de foam como un porcentaje de material granular en el uso de hormigón de baja capacidad portante, uso de PETS para hormigón no estructural, material de relleno de calles, caminos y carreteras, entre otros.
El experto de la UNPHU indicó que hay que hay que condicionar marcos jurídicos, normas municipales y políticas públicas y establecer protocolos adecuados.