SANTO DOMINGO.- El ministro de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), Víctor –Ito- Bisonó, valoró la aprobación en segunda lectura en el Congreso Nacional de la modificación a la Ley de Proindustria como el eslabón que cohesiona las acciones que desarrolla el Gobierno para impulsar la industrialización nacional e incentivar la renovación y modernización del sector en el país.

“Este proyecto, que tuve el privilegio de impulsar desde mi ejercicio como diputado, junto a otros legisladores, es el principal instrumento de apoyo del Estado dominicano que ahora desde el MICM se constituye en una herramienta fundamental que nos permitirá incrementar la tan necesaria competitividad de nuestras industrias y la generación de empleos, a través de la modernización de la maquinaria industrial y el desarrollo tecnológico”, manifestó el ministro.

Destacó, además, que “las disposiciones de la ley se fundamentan en políticas públicas con objetivos claros de desarrollo de la competitividad del sector, lo que nos permitirá continuar trabajando de la mano con el Centro de Desarrollo y Competitividad Industrial (Proindustria), que dirige Ulises Rodríguez, como institución clave en estos esfuerzos para impulsar la industria local”.

El funcionario, quien también preside el Consejo Directivo de Proindustria, recordó que las industrias son el sector que más impuestos paga y que 7 de cada 10 empleados son formales, por lo que la modificación a la ley favorecerá la reinvención del sector de manufactura.

La nueva ley modifica los artículos 4, 9 y 17 de la Ley 542-14 (la cual a su vez modificó la Ley 392-07 sobre Innovación y Competitividad Industrial, que creó Proindustria) y extiende por quince años los incentivos fiscales que contemplaba. Además corrige distorsiones fiscales, hace más fácil producir, estimula las exportaciones desde el sector de la industria local y facilita el encadenamiento productivo entre las industrias mismas y las zonas francas, pues favorece la compensación del pago del impuesto a la transferencia de bienes y servicios (ITBIS).

“Con la aprobación de la nueva Ley de Proindustria, continua colocando la industrialización como Política de Estado que nos lleva a la industrialización, además, es el paso no sólo ganan los industriales sino que gana el país, pues, si las industrias se modernizan y renuevan sus

maquinarias van a producir más y mejor, a generar más empleos formales y habrán más familias con salarios seguros y acceso a seguridad social”, afirmó Bisonó.

La iniciativa legislativa se suma a una serie de acciones estratégicas del Gobierno del Presidente Abinader, que declaró la industrialización como prioridad nacional con el Decreto 588-20, creó la Mesa Presidencial de la Industrialización y desarrolla planes de relanzamiento del sector zonas francas, tabacalero, entre otros.

El ministro explicó que “desde el MICM hemos visto la industria y las zonas francas como un solo músculo que hay que fortalecerlo para poder mover la economía hacia números positivos, por eso iniciamos la ruta industrial en los primeros días de esta nueva gestión para conocer las necesidades y oportunidades de los sectores, entenderlos y poner en marcha un plan que desde agosto ha venido dando resultados”.

 

¿Qué podrán hacer las industrias?

Las principales empresas beneficiadas por la nueva legislación son las industrias de manufactura calificadas por el Centro de Desarrollo y Competitividad industrial (Proindustria).

La nueva ley contempla tres tipos de incentivos fiscales, pues permitirá a los industriales reinvertir sus utilidades y descontar la reinversión realizada en el pago del impuesto sobre la renta (ISR); depreciar aceleradamente el valor de sus maquinarias, contratar consultorías internacionales en materia de innovación sin retener el impuesto sobre la renta e importar materias primas y bienes de capital pagando solo el 50% del ITBIS. Adicionalmente, a las maquinarias adquiridas no se les cobrará el impuesto a los activos.

Una novedad es que las materias primas que se importen deberán ser sometidas a un proceso de manufactura que involucre una transformación sustancial que añada valor para que el producto que surja de esa transformación tenga características distintas a la materia prima importada, lo cual motivará al sector a fortalecer la calidad e innovación en la producción.