Por Rebeca Olivet
El 2020 fue un año retador, un periodo donde pudimos trabajar desde campaña política hasta la construcción de la marca personal y la imagen pública, descubriendo en el trayecto que las redes sociales son una de las herramientas digitales más poderosas para trabajar tu marca, junto a las siguientes consideraciones.
En primer lugar, cuando hablamos de imagen física o de imagen empresarial, podemos ver que hay 6 tipos de imágenes subordinadas y que se subdividen en imagen física, imagen profesional, imagen verbal, imagen visual, imagen audiovisual e imagen ambiental.
Las últimas 3 se relacionan con la parte digital que deben estar en estrecha relación para mantener la coherencia de lo que queremos proyectar, por lo que si dejamos algunas fuera significa que también estamos dejando fuera los estímulos que ellas envuelven.
En segundo lugar, sobre la campaña política de un candidato, puedo asegurar que la imagen verbal y no verbal juega un papel poderoso en la configuración de la percepción total que se va a tener sobre el candidato, lo cual amerita que debe prepararse adecuadamente en ese sentido para no morir en el intento.
Lo anterior debe reforzarse con la planificación de los objetivos perseguidos para tener un mejor control de todas las fases de la proyección de la imagen política de un candidato, en donde también cuenta la estructuración de su equipo de campaña y los recursos económicos necesarios y la asesoría de un experto que lo
guíe y lo oriente en todos los procesos.
En tercer lugar, en lo atinente a la imagen artística-personal, lo cual es muy importante para lograr el éxito del artista, hay que auxiliarse de técnicas que potencien la mejor colocación pública de su imagen.
Y es que muchas veces se confunde el alcance y la influencia con una buena posición, cuando generalmente lo que la gente está percibiendo de ti no necesariamente está relacionado con el consumo del producto o no está generando un posicionamiento positivo del artista, el cual a veces cree, erróneamente, que se la
‘está comiendo’ en términos de imagen.
Esto es causado porque muchas veces se dejan llevar de corrientes pasajeras basadas en lo que está de moda, en tendencias fugaces o en modelos de acción de otros artistas que no necesariamente garantizan los mismos resultados.
De ahí que vemos tantas marcas parecidas en el renglón de los artistas, que simplemente entretienen pero que no crean percepciones duraderas ni terminan de convencer porque no tienen fuerza ni sustancia propia como para quedarnos como seguidores o consumidores de sus canciones.
Es mejor crear una identidad de marca, aunque haya circunstancias que aconsejen la variación de estilos, siempre sin dejar de tener en cuenta que es mejor tener buena reputación que ganar seguidores transitorios, influenciados por una mala reputación.
En cuarto lugar, es increíble ver cómo muchas personas entienden que la imagen empresarial o institucional puede mantenerse a flote estando divorciada de la imagen personal del gerente o líder, o de los jefes ejecutivos.
¿Podrían imaginar que la imagen de una empresa puede estar libre de la imagen de quien la dirige y que no se viera afectada por las acciones de éste? ¿Podrían entender cómo la imagen corporativa puede llegar a afectar la imagen de sus miembros?
En este aspecto hay que traer a colación la verdad axiomática que dice que la imagen de la titularidad permea lo institucional. Dicho esto en términos más coloquiales, podemos decir que cada casa se parece a su dueño.
Abundando sobre esto último, es válido agregar que un líder que expresa arrogancia y prepotencia transmite a sus subalternos comportamientos derivados de esta actitud, como acciones abusivas y desconsideradas que impregnan la imagen final que se transmite.
La imagen empresarial es mucho más que trabajar desde adentro y con un logotipo. Es trabajar desde adentro hacia fuera, desde los valores hasta los mensajes. Si construyes fuertemente desde adentro será mucho más fuerte la proyección y más fácil la comunicación.
Como número 5 tenemos a los influencers, aquí vienen las preguntas sobre a quién quieres influenciar y hacia dónde quieres llegar.
Hay quienes piensan que el más exitoso es el que tiene más interacciones o el que mejor viste. Pero en todo esto de la imagen el factor más poderoso es buscar una imagen que te ayude a proyectarte en tus diferentes áreas y cumplir tus objetivos.
La eficiencia y el éxito de un influencer se miden en los objetivos conseguidos y los resultados obtenidos. Debemos vivir lo que proyectamos para que nuestra imagen sea bien percibida, bien configurada y definida a los ojos de las personas, esto significa que debe haber coherencia entre lo que decimos y proyectamos con lo que hacemos y realmente somos.