Balbueno Medina
El restablecimiento de las pensiones y el manejo eficiente de los programas sociales que benefician a la clase periodística nacional, han contribuido sin lugar a dudas, al rescate del patrimonio tangible que representa el Instituto de Previsión y Protección Social del Periodista (IPPP), para los y las informadores públicos del país.
Al asumir las riendas del órgano de protección social de los periodistas en el año 2020, el actual Consejo de Administración, encontró una situación que pudiéramos definir de caótica de la institución, debido a que todos los indicadores se encontraban totalmente en rojo.
Sin entrar en mayores detalles, de las motivaciones que condujeron a que el IPPP llegara tocar fondo, luego de tanto tiempo de servicio a los periodistas, nos permitimos por este medio informar a los colegas que, además de encontrar las arcas vacías, también se hallaron deudas cuantiosas con Edeeste, por atrasos y acuerdos incumplidos por el servicio energético y el Seguro de Salud de los periodistas totalmente colapsado, lo que obligó a la presente gestión adoptar medidas de emergencia para rescatar ese patrimonio de todos.
Hoy día, el IPPP después del gran sacrificio realizado por el Consejo de Administración, que conformamos los periodistas Olivo de León, Félix Parra, Leonardo Cabrera, Martin Camilo y un servidor, hemos logrado sanear la institución y gracias a Dios, no solo hemos honrado las deudas heredadas, sino que hemos logrado conseguir un Seguro Médico más abarcador a través del Seguro Nacional de Salud (SENASA) y restablecer la entrega de pensiones del Estado a favor de la clase periodística nacional.
Esta vez el gobierno, no solamente aprobó un número significativo de 40 nuevos pensionados del periodismo nacional, sino que también elevó el pago de RD$ 35,000.00, que se otorgaron a los anteriores pensionados del sector, hasta los RD$ 40,000.00, que recibirán los que fueron beneficiados este año con motivo del Día Nacional del Periodista.
A esas gestiones se añaden las asistencias directas que en medio de la actual coyuntura de pandemia que vive el país y el mundo, ha llevado a cabo el Consejo de Administración del IPPP, a favor de colegas que han necesitado la mano amiga de la institución para contribuir a solucionar problemas de salud y viviendas, ya que se han presentado casos que han ameritado la rápida intervención de la presente gestión.
De igual manera, el IPPP se ha hecho sentir ante los organismos del Estado que trabajan el tema social para garantizar que los programas que ejecuta el gobierno a favor de la sociedad dominicana también lleguen a los periodistas que requieran de la asistencia gubernamental, ya sea a través de préstamos para el sostenimiento de sus pequeñas empresas de comunicación o la entrega directa de algunas ayudas que contribuyan a alivianar la carga económica que les agobia en esta época de pandemia.
Desde el Consejo de Administración del Instituto de Previsión y Protección Social del Periodista, también hemos abogado porque el Estado provea mayor protección a los periodistas en su ejercicio profesional para garantizar la menor cantidad de contagios del coronavirus, debido a la exposición constante a que se ven sometidos por los diferentes contactos que mantienen con la población por la naturaleza del trabajo.
Lamentamos que por la falta de una política de salud preventiva dirigida hacia nuestra clase profesional, a pesar del frecuente llamado que hemos venido haciendo desde el IPPP, para que se vacune a la clase periodística nacional, más de 20 periodistas han perdido sus vidas a causas del Coronavirus y más de 50 que han sido contagiados se han recuperado gracias a la misericordia de Dios.
Pese a todo eso, en el IPPP, seguiremos trabajando por elevar las condiciones de vida y sociales de los periodistas dominicanos, de aquí y de allá, al tiempo que abogamos porque todos los que tienen la responsabilidad de cumplir con lo establecido por la Ley 10-91, de Colegiación Periodística, en lo que tiene que ver con la parte económica de la institución cumplan con ese mandato para que de esa manera la misma pueda ser autosustentable y no tenga la necesidad de tocar tantas puertas como las que se han tocado durante su existencia.