Dr. Víctor Manuel Peña
El 14 de Junio de 1959 se inscribe en la tradición de lucha por la libertad que el pueblo dominicano ha librado heroicamente desde 1844.
La dictadura de Trujillo y la de Lilís han sido las dictaduras más sanguinarias que ha tenido la República Dominicana en su historia.
La dictadura de Trujillo que alcanzó la categoría de tiranía se extendió desde el 1929 hasta el 30 de Mayo de 1961.
Parecía que el curso de la historia se había congelado en la demoníaca dictadura y tiranía de Trujillo.
La gesta del 14 de Junio marcó el inicio del fin de la férrea tiranía de Trujillo.
Trujillo se había encargado de monopolizar el desarrollo del capitalismo en el país a través de métodos primitivos y sangrientos de acumulación originaria de capital.
Pero nadie por poderoso y arbitrario que sea en el ejercicio del poder puede evitar el desarrollo de las contradicciones en la historia y en la sociedad.
Diferentes sectores de la sociedad enfrentaron con denuedo y determinación el régimen dictatorial de Trujillo desde dentro y desde fuera.
Las torturas y las muertes en las cárceles y en las calles no mataron ni extinguieron la llama de la libertad.
El tirano se creyó el cuento de que el pueblo dominicano estaba postrado a sus pies y que todo se resolvía en loas y vitores a su dictadura.
Aunque en honor a la verdad hay que reconocer que la mayoría de los sectores de la sociedad, incluyendo la Iglesia Católica, se postraron vilmente a los pies del tirano.
En la expedición del 14 de Junio, que comandó Enrique Jiménez Moya, la mayoría de los participantes o luchadores eran dominicanos pero había algunos extranjeros como el legendario Delio Guzmán, que abrazó la causa de la libertad del pueblo dominicano siendo un mozalbete.
El triunfo de la expedición del 14 de Junio no fue militar, fue moral y político: se enseñoreó sobre las debilidades históricas de la dictadura y de la tiranía que había establecido violentamente Trujillo.
En ese histórico proceso de lucha y de entrega por la causa de la libertad hay que destacar el imperecedero y ennoblecedor ejemplo de las hermanas Mirabal.
Y que esa dictadura y esa tiranía no contaban con el verdadero apoyo del pueblo dominicano.
Si ello es así, y fue así, ¿por qué ha sido tan difícil borrar la siniestra y tenebrosa imagen de Trujillo que aún permanece como pesada sombra, y al parecer imborrable sombra, en el ejercicio del poder en República no obstante el hecho de que tenemos 60 años viviendo en democracia y en libertad?
El orden logrado en base a la vigencia del Estado de derecho, y muy especialmente del Estado democrático, social y constitucional de derecho es la cara totalmente opuesta al “orden” impuesto por la fuerza, la violencia y la muerte como ocurre en toda dictadura o tiranía.
El orden logrado en democracia y en libertad es siempre preferible al “orden” impuesto a sangre y fuego por la tiranía o la dictadura.
Creo que hay grandes lastres y defectos en el desarrollo de la conciencia histórica, social y política del pueblo dominicano.
La educación dominicana debe ser una educación crítica orientada a concienciar al pueblo dominicano histórica, social y políticamente.
¡Loor eterno a los héroes y heroínas del 14 de Junio de 1959 por haber sembrado la semilla de la libertad y de la democracia!
¡Loor eterno a las hermanas Mirabal que abonaron con su sangre el camino de la libertad!