El neurólogo y epileptólogo Francisco Javier Taveras advirtió que lamentablemente no hay una fecha estimada de cuándo la población podría volver a la normalidad, producto de la incidencia del Covid-19, por lo que las personas tendrán que adaptarse a la nueva situación planteada por la pandemia.

Entrevistado por el periodista Federico Méndez, en el programa Esferas de Poder, que se transmite los domingos de 8:00 a 9:00 de la mañana, por RNN Canal 27, recomendó a la población seguir llevando las medidas de prevención y seguridad para evitar los contagios.

“Lamentablemente esto se ha salido más allá de lo que se esperaba, en un inicio tanto hubo confusión como en los organismos internacionales, no solo locales, la misma Organización Mundial de la Salud, no se sabía lo que estábamos enfrentando”, acotó.

Taveras afirmó que lo que se pensaba que duraría meses o un año ha salido por más tiempo y es probable que la pandemia no tenga un final tan pronto, pero sí hay una luz en el camino con el proceso de vacunación.

El galeno dijo que científicamente no está demostrado el tiempo que durarán las secuelas originadas por el Covid-19 en los pacientes que las presentan.

Afirmó que el Covid-19 puede llevar a una enfermedad catastrófica en el plano cerebral, renal y cardiovascular.

Comentó que la mayoría de los afectados por el Covid-19 logrará recuperarse completamente.

“Pero hay pacientes que, algunos de ellos, incluso que han presentado una enfermedad leve, los cuales van a continuar presentando síntomas después de su recuperación”, agregó.

Javier sostuvo que estos casos son los denominados enfermedad de Covid a largo plazo, síndrome post Covid o Covid-19 largo.

Agregó que en estos pacientes se han encontrado secuelas y síntomas que han permanecido por larga duración.

“Actualmente se desconoce exactamente cuál es la incidencia o la estadística exacta, pero se habla que aquellos pacientes que presentan, principalmente síntomas neurológicos desde un inicio de la enfermedad tienen más probabilidad de presentar esa secuela neurológica a largo plazo”, subrayó.

Comentó que estudios establecen que un 38.7% de pacientes infectados de Covid presentarán secuelas neurológicas y psiquiátricas asociadas a largo plazo.

Especifica que principalmente, dentro de esas secuelas, se encuentran dolores de cabeza, trastornos del olfato, la memoria, en el gusto, la atención, problemas cognitivos, de ansiedad, estado de ánimo y del sueño, entre otros.

 

“No se cuenta estadísticas exactas de epilépticos en el país”

 

El epileptólogo Francisco Javier Taveras informó que la última actualización estadística refleja que entre 1.8 y un 2% de la población dominicana pudiera presentar epilepsia.

No obstante, indicó que se piensa que las estadísticas pudieran ser mayores, porque “lamentablemente no se cuentan con los números exactos estadísticos a nivel de Salud Pública de cuál sería la cantidad exacta”, agregó.

“La epilepsia es una enfermedad neurológica crónica, se considera como la enfermedad neurológica crónica más frecuente a nivel mundial”, agregó.

El destacado galeno manifestó que se estima que hay alrededor de 65 millones de personas a nivel mundial que padecen de epilepsia.

Comentó que se trata de una condición que básicamente manifiesta la crisis epiléptica, que comprende síntomas o signos transitorios que son producto de una acción o hiperactividad de neuronas que lo hacen de manera anormal.

Recordó que las neuronas están en el cerebro y cuando se produce una afección en ese nivel por diversas causas, que pueden ser por problemas en el nacimiento, traumas en la cabeza, tumores, eventos vasculares, enfermedades genéticas, mutaciones o cambios genéticos, pueden generar una condición propicia para que la epilepsia se desarrolle.

“Actualmente, en Latinoamérica se dice aproximadamente cinco millones de personas presentan epilepsia, o sea que sí es un problema para la salud pública actual”, significó.

Sin embargo, dijo que lo positivo es que en un 70% se logra el control de los pacientes que padecen esa condición, con el uso apropiado de medicamentos.

“Un 30% del tratamiento se hace más complicado porque los pacientes continúan presentando crisis epiléptica y hay que buscar métodos alternativos, ese 30% son los pacientes que necesitan una ayuda más especializada, que necesitan ir a una unidad directa de epilepsia”, adujo.