Manuel Diaz Aponte
La efervescencia de la globalización y la cercanía del nuevo milenio que rápidamente anidó el pensamiento e ideas del liderato iberoamericano, se constituyó en fuentes inagotables hacia la búsqueda de respuestas a un mundo que ansiosamente deseaba salir de la violencia armada tradicional y del autoritarismo, para ir hacia un estadio de convivencia, discusiones y aperturas políticas y comerciales.
Un tránsito social tortuoso, lleno de obstáculos, amenazas y temores que se construyó con el impulso de las instituciones de la sociedad, decididas a levantar espacios democráticos de legítimo derecho internacional, y terminar así, el predominio de la vieja generación de líderes políticos para abrir el paso inexorable a una nueva y vigorosa alternativa de liderazgo en toda la región Iberoamericana.
Se dejaba atrás el viejo ciclo de los regímenes dictatoriales, antidemocráticos y personalistas para levantar la sostenibilidad de las instituciones y participación de la naciente y pujante sociedad civil.
La constitución de organismos multilaterales enfocados a edificar instituciones sólidas en los ámbitos diplomáticos, políticos y económicos contribuyó ha levantar las murallas de los sistemas de integración regionales y mundiales.
La Declaración de Guadalajara, (México, del 18 al 19 de julio de 1991), no dejó dudas sobre los principios que sustentaría el nuevo esfuerzo institucional naciente.
Planteó textualmente que:” Con especial beneplácito nos hemos congregado, por primera vez en la historia, para examinar en forma conjunta los grandes retos que confrontan nuestros países en un mundo de trasformación. Nos proponemos, por ello, concertar la voluntad política de nuestros gobiernos para propiciar las soluciones que esos desafíos reclaman y convertir el conjunto de afinidades históricas y culturales que nos enlazan en un instrumento de unidad y desarrollo basado en el diálogo, la cooperación y la solidaridad”.
Discursos Presidenciales en las Cumbres
El segundo punto de dicha Declaración, reconoce la diversidad cultural iberoamericana y la decisión de su liderazgo de asumir los grandes retos del futuro: “Representamos un vasto conjunto de naciones que comparten raíces y el rico patrimonio de una cultura fundada en la suma de los pueblos, credos y sangres diversos. A quinientos años de distancia de nuestro primer encuentro, y como uno de los grandes espacios que configuran el mundo de nuestros días, estamos decididos a proyectar hacia el tercer milenio la fuerza de nuestra comunidad”.
Los ex presidentes de Argentina, Carlos Saúl Menem; de Bolivia, Jaime Paz Zamora; de Colombia, César Gaviria Trujillo; de Costa Rica, Rafael Ángel Calderón y de República Dominicana, Joaquín Balaguer, unificaron la contextualización de sus exposiciones valorizando la cultura hispana en América Latina y la trascendencia de conformar este esquema integracionista en la región.
Saúl Menem (1989 y 1999), orientó su discurso manifestando que “animados por la solidaridad y la creciente integración, venimos a solemnizar cinco siglos de vida americana. Lo hacemos dejando de lado los recelos regionalistas, las discordias domésticas, las miradas aldeanas. Queremos llegar al año 2000 sin los resabios coloniales del siglo XIX, sin los riesgos nucleares, sin narcotráfico, sin naturaleza depredada, sin brecha escandalosa entre ricos y pobres. En definitiva, sin alienación de ninguna naturaleza”.
¿Qué dijo Balaguer?
En tanto, Balaguer (mandatos presidenciales en los periodos 1960-1962, 1966-1978 y 1986-1996), recordó que la Isla de Puerto Rico, que salió en 1898 de manos del imperio español para caer bajo los dominios de otra nación de lengua y de cultura distinta, “sin embargo, sigue hablando español y representa en el Caribe, justamente con Cuba y Santo Domingo, un testimonio vivo de la perdurabilidad de su instrumento de expresión y del poder que tiene para unir a los diferentes componentes. Basado en esta experiencia histórica, me permito sugerir que el primero o el último, si se quiere, de los votos que salen de esta asamblea sean para saludar y resaltar a todos los hombres y las mujeres de Latinoamérica que durante el medio milenio que ha pasado han trabajado para preservar y para enriquecer la lengua con que nos comunicamos”.
De su lado, Paz Zamora (1989-1993), reivindicó el poder de la tecnología utilizada por la corona española tras producirse el desembarco de Cristóbal Colón en la antigua Isla de la Hispaniola.
Al respecto expresó: “No hemos venido, por tanto, a pedirle cuentas a la historia, sino a reconciliarnos con ella, y así poder mirar limpia y fecundamente hacia adelante. Con el fin de orientarnos en el laberinto de lo vivido en estos quinientos años, es necesario encontrar el punto nodal de este proceso, el hecho definitorio a partir del cual se explique y adquiera sentido todo lo que ocurrió. Y éste, permítasenos decirlo, no es otro que el de la derrota tecnológica sufrida por los pueblos de esta región en el encuentro de los dos mundos. La tecnología de punta de esa época, como siempre impuso su nuevo orden en todos los campos. Pero es justo reconocer que dejó en nuestras tierras parte de su conocimiento y de su cultura, alimentando un nuevo potencial de crecimiento y desarrollo”.
El entonces joven presidente de la República Federativa de Brasil, Fernando Collor de Mello (15 de marzo de 1990-29 de diciembre de 1992) y quien fuera destituido por el poder legislativo de su país, por cargos de corrupción administrativa, señaló que:” este es el momento exacto para hacer una reflexión conjunta sobre el papel que los países iberoamericanos pueden y deben asumir en esta etapa de reorganización de la macroestructura internacional, que transformará la vida del planeta en el próximo milenio”.
Asimismo, César Gaviria Trujillo (1990 a 1994), sostuvo que “la pobreza y el hambre a la que están sometidos miles de millones de seres humanos; el deterioro del medio ambiente global; el consumo y tráfico de drogas ilícitas; epidemias devastadoras como el cólera; el estancamiento crónico de las economías en el Tercer Mundo; la violencia terrorista; son algunos de los problemas que continúan latente y sin solución. No podemos dejar que la complacencia con lo ya alcanzado oculte las dimensiones de lo que falta por hacer”.
La generalidad de las intervenciones y discursos de los presidentes y jefes de Estado en las Cumbres Iberoamericanas, se orientan a armonizar, conciliar y construir la zapata de convivencia, acercamiento y fortalecimiento de una nueva relación entre España, Portugal y América Latina.
El “no seguir viviendo del pasado”, para así adentrarnos en una agenda que nos conduzca hacía el camino de la solidaridad, la reorientación diplomática y un nuevo renacer en los acuerdos bilaterales y colaboraciones institucionales entre los Estados Iberoamericanos.
Misiva de Felipe González
Balaguer en otra parte de su alocución en la Cumbre de Guadalajara, expuso: “Sé que este auditorio está ya fatigado, voy a ser muy breve, pero no quiero terminar mis palabras sin recordar una misiva que dirigió a todos los Mandatarios iberoamericanos en el mes de septiembre de 1990, el Presidente del Gobierno español excelentísimo señor don Felipe González Márquez; en esa misiva el Presidente del Gobierno español nos recordaba que 1992 no debía servir solamente de pretexto para una conmemoración de 500 años de historia común, sino que debía ser escogido como punto de partida de nuestros gobiernos para una relación más estrecha y más fructífera entre nuestros pueblos”.
El fenecido ex presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, y quien fuera líder de la Internacional Socialista para América Latina junto al también finado líder del PRD, José Francisco Peña Gómez, siempre dio impulso a este cónclave regional.
Al hablar en la Primera Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno, en Guadalajara, observó que, “en este encuentro de Iberoamérica, de América Latina con su historia y su destino, proclamamos el ocaso definitivo del militarismo. La culminación de un arduo y cruento proceso para afirmar la libertad y la democracia. Nace un nuevo tiempo latinoamericano. Sin paternalismos protectores ni complejos de subordinación. Nos hacemos dueños de nosotros mismos. Sin resentimientos ni querellas inútiles, buscamos la convergencia con el primer mundo. Rechazamos la mediatización de nuestra identidad y nos sabemos parte imprescindible del Nuevo Orden Internacional”.
Pérez, fue un prominente dirigente de la socialdemocracia latinoamericana y defendió con gallardía el triunfo de don Antonio Guzmán Fernández, del Partido Revolucionario Dominicano, en 1978, ante los intentos del Partido Reformista y su líder caudillista Joaquín Balaguer, de escamotear los resultados depositados en las urnas.
La sagacidad discursiva del líder de la revolución y presidente de la República de Cuba, Fidel Castro Ruz, salió a relucir en esta Cumbre, efectuada en México, al externar: “Las políticas emanadas de las grandes potencias económicas y los organismos financieros internacionales bajo su control no han traído el desarrollo, pero sí han llevado la pobreza a más de 250 millones de personas; no han servido para traer el capital extranjero, pero han propiciado la exportación de capitales hacia países desarrollados. América Latina tiene hoy mucho menos peso que hace 20 años en la economía mundial”.
España abriéndose al Mundo
El entonces rey de España, Juan Carlos I, colocó sobre la mesa y ante los 21 jefes de Estado y presidentes iberoamericanos asistentes, ¿cuál sería su papel en la Cumbre?
Comenzó diciendo que: “España, consciente de la trascendencia del momento que vivimos, acude a este encuentro con espíritu de servicio y voluntad solidaria, para compartir no sólo la historia, sino también el presente y el futuro.
Y continuó, 1992 es un año de capital importancia para España, pues quedará resaltada de manera particular su personalidad internacional. Al mismo tiempo que nos encaminamos de manera imparable hacia una Europa sin fronteras, España se abrirá al mundo, y de manera muy especial a Iberoamérica. Es una tarea que me incumbe, de acuerdo con nuestro ordenamiento constitucional, y a la que me entregaré con auténtica vocación”.
Considero un privilegio asistir con todos ustedes al nacimiento de un proyecto largo tiempo anhelado: el logro de una nueva Comunidad fuerte, próspera y democrática. Conozco los desvelos de hombres generosos por conseguir dar forma a lo que, hasta ayer, no era más que la suma de deseos lentamente madurados”, expuso el hoy rey emérito de España, Juan Carlos I, quien abdicó de sus funciones en 2014, pasando a ocupar la jefatura del Estado Español, el entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón y Grecia, quien se identifica con el nombre de Felipe VI.
En cambio, el presidente del Gobierno de España, Felipe González, reflexionó exponiendo que: “La América de hoy, lucha por encontrar su sitio en un nuevo orden internacional. Con libertad e imaginación, hemos venido aquí para crear algo que necesariamente tiene que ser un compromiso permanentemente renovado. Vamos a pasar, sin necesidad de mencionarlos, sobre la infinidad de vínculos que han hecho posible que hoy nos encontremos aquí reunidos. Precisamente porque para lo bueno o lo menos bueno, hemos compartido esa herencia, podemos permitirnos acometer juntos retos tan exigentes. Objetivamente influyen tres factores nuevos e importantes: la incuestionable densidad democrática de que disfrutamos; la apuesta decidida por la integración regional y el encauzamiento progresivo de las economías, con modernos proyectos de viabilidad. Nunca como hasta el presente, Iberoamérica ha sido tan democrática. Juntos hemos aprendido que es el mejor sistema para el desarrollo del individuo, en consecuencia, de nuestros pueblos”.
¿Qué expresó el anfitrión de la Cumbre y presidente de México, Carlos Salinas de Gortari (1988-1994)?
“En nombre de todos los mexicanos y de su Gobierno les doy la bienvenida a México, tierra iberoamericana. Hoy, la afinidad de nuestro espíritu encuentra una expresión inédita en esta Cumbre que es, a la vez, principio de oportunidades para enfrentar un mundo en plena transformación. Buscamos que mejoren nuestras circunstancias y creemos que juntos tenemos mayores posibilidades de lograrlo. Tal vez este gran espacio, producto de la voluntad de cada uno de ustedes, señale el nuevo camino para reconocernos y apreciar juntos nuestro porvenir”.
Fuentes consultadas:
-Secretaría General Iberoamericana (SEGIB)
– Análisis de los discursos de los jefes de Estado y de Gobierno en las Cumbres Iberoamericanas de Naciones. Autor: Julio César Puente Quintanilla, 2007.
-Mi tesis “Evidencia de los Aportes de las Cumbres de Estado Iberoamericanas al Fortalecimiento Institucional de la Región, (2002-2014)”, que defendí para optar por el grado Magister en Diplomacia y Relaciones Internacionales de la Universidad de la Tercera Edad, Santo Domingo, recopila parte de los logros alcanzados en esos eventos. 2020.