Dr. Víctor Manuel Peña

Por lo visto el Banco Central no solo es insensible, indiferente e inconmovible frente a la inflación, sino que es un niño muy travieso y malcriado porque ayer tomó la tozuda decisión de inyectarle siete mil millones más a la economía, lo que significa que se ha decidido por echar más leña al fuego de la inflación que hay en el país.

Y aquí no es válida la idea de que la economía dominicana está en capacidad de soportar cualquier cantidad de dinero que se le inyecte, en el marco de una política monetaria expansiva, “sin generar inflación” porque el PIB efectivo está por debajo del PIB potencial.

La economía de Estados Unidos es una economía ultradesarrollada, donde el PIB efectivo está por debajo todavía del PIB potencial y sin embargo los trillones de dólares emitidos a través de presupuestos de ayuda a la población y los programas de estímulos a la economía están en la base del aumento de la inflación que está viviendo esa economía.

En una economía de mercado atípica como la nuestra, con tantas distorsiones y trabas estructurales como la dominicana, un exceso de liquidez en la economía, producto de las políticas monetarias expansivas que se están aplicando, sí generan inflación, la cual se incrementa, además, porque ese exceso de liquidez genera, a su vez, más depreciación de la moneda.

Hemos dicho con insistencia soberana que la depreciación de la moneda genera inflación en cualquier economía del mundo.

Hemos repetido hasta el cansancio también que en el caso de la inflación que tenemos actualmente hay ciertamente un componente importado pero hay causas internas que tienen que ver con la política monetaria y cambiaria aplicada que al generar depreciación de la moneda por el exceso de liquidez está generando inflación.

Para el actual gobernador del Banco Central los defectos no existen por el lado de la política monetaria y cambiaria, sino que los defectos hay que buscarlos y corregirlos por el lado de la política agropecuaria, la política arancelaria y la política tributaria en sentido general.

¡Cuán equivocado está usted, señor gobernador, no parece que usted tiene veintidós años como autoridad máxima del Banco Central dominicano!

Hay que entender que el papel de la política monetaria y del Banco Central en sentido general no pueden ni deben ser estáticos ni en tiempos de normalidad ni en tiempos de anormalidad extrema como la pandemia.

La actual estructura tributaria o sistema tributario que tenemos hoy día en nuestro país es muy anterior a esta pandemia que se inició en marzo del año 2020. La última reforma tributaria, recesiva y regresiva, se hizo en el último cuatrimestre del año 2012.

Es elemental concluir que el sistema tributario dominicano no tiene nada que ver con la inflación fuera de control que nos golpea y azota con tanta virulencia.

Sin usted darse cuenta, y tal vez sin querer, usted está diciendo que una reforma tributaria, que aumentaría las tasas y la base imponible de algunas figuras impositivas, generaría inflación. El gobierno del PRM ha dicho que la reforma tributaria comenzará a ejecutarse a partir de enero del próximo año 2022. Esperamos que esa propuesta de reforma tributaria se discuta en el país en lo que resta de este año.

Hay que aplicar una política agropecuaria que tenga como objetivo supremo la seguridad alimentaria del pueblo dominicano y la estabilidad de precios de los productos básicos. Pero ni la estabilidad de precios ni el componente de inflación importado dependen del Ministerio de Agricultura.

La estabilidad de precios o el control de la inflación, objetivo central y primero de toda política monetaria, tiene que garantizarla el Banco Central.

Usted plantea que la Dirección General de Aduanas calcule los aranceles a partir de cómo estaban los fletes y los seguros con anterioridad a la pandemia como una manera de abaratar los costos arancelarios para los importadores. Y ahí hay un problema planteado desde el punto de vista de los intereses de los importadores.

¡Bien, usted ve defectos en otras áreas para explicar la inflación fuera de control que tenemos pero es totalmente renuente a considerar los defectos intrínsecos que hay por el lado de la política monetaria expansiva que usted se solaza y recrea con seguir aplicando a troche y moche!

Toda función pública debe ser asumida siempre con pleno sentido de humildad porque de lo que se trata es de contribuir a lograr los supremos objetivos de desarrollo, progreso y bienestar.