Dr. Víctor Manuel Peña
Cuba, bajo la dirección magistral del poeta José Martí, fue uno de los últimos países latinoamericanos en conquistar su independencia a principios del siglo XX.
En esa proeza histórica de conquistar la independencia de Cuba se destacó gallardamente el general Máximo Gómez.
En la primera mitad del siglo XX Cuba vivió bajo el oprobio de gobiernos de fuerza como el de Fulgencio Batista, a la sazón un férreo y temible sátrapa, dictador y tirano de la época.
Cuba proclamó su independencia en mayo de 1902, pero en realidad pasó de ser colonia de España a ser colonia de Estados Unidos.
Esa dependencia o condición de colonia respecto de Estados Unidos se mantuvo hasta la entrada triunfal de la guerrilla que encabezó Fidel Castro a La Habana en enero de 1959.
El asalto al cuartel Moncada fue en 1953.
Fidel Castro, el cerebro y el líder mayor de la revolución, supo enfrentar con valentía y determinación los primeros conatos de crisis que tuvo que enfrentar el gobierno: la crisis de bahía de Cochinos, la crisis de los misiles, la ruptura de relaciones de Estados Unidos con Cuba, la crisis de los misiles y la decisión de la OEA, instigada u obligada por Estados Unidos, de expulsar a Cuba de su seno.
Y todos esos conatos de crisis, azuzados y acicateados por Estados Unidos en la administración de Eisenhower buscaban reventar y hacer zozobrar el proyecto político que encabezaba Fidel Castro.
Después que Cuba se declaró socialista en 1961 y formalizó su adhesión en 1962 a la comunidad socialista encabezada por la URSS, pasó a estar protegida por la URSS en la confrontación con Estados Unidos.
Fue una decisión muy inteligente de Fidel Castro en esa coyuntura para poder sobrevivir con ese proyecto político en las mismas narices de Estados Unidos, dado que en el centro de la contradicción fundamental en el mundo estaban y seguirían enfrentadas las dos superpotencias: Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
Desde 1961-1962 hasta 1991, fecha en que desaparece la URSS, Cuba se cobijó bajo el colchón o paraguas protector de los miles y miles de millones de dólares que recibió en subsidios de la URSS.
En el marco de esa protección económica y política que le brindó la URSS Cuba pudo avanzar indiscutiblemente en algunas áreas pero no avanzó en otras.
En 1998 cuando Hugo Chávez llegó al poder en Venezuela al ganar las elecciones de ese año se le abriría otra ventana de subsidios a Cuba. En efecto, el petróleo comprado por Cuba en Venezuela ha estado subsidiado hasta el día de hoy.
La idea del socialismo del siglo veintiuno que tenía Chávez en su cabeza, y que la exponía siempre en sus discursos anti-imperialistas, le permitió al presidente venezolano tener una relación muy fluida, firme y sostenida con la dirección política e intelectual del Estado cubano.
Cuba pudo suavizar o morigerar las grandes crisis de recursos que comenzó a tener a partir de la caída de la URSS en 1991 con el nuevo colchón o paraguas de subsidios que se le abrió con Venezuela.
Es innegable que Cuba ha adolecido de fallas estructurales en las políticas públicas aplicadas, se ha descuidado con la aplicación de reformas estructurales en diferentes áreas.
Cualquier país, cualquier gobierno, no debe estar cerrado a los cambios que se producen de manera inevitable a nivel de cada nación y a nivel internacional en razón de que las realidades de las naciones y de las sociedades y del mundo están sometidas a cambios permanentes.
Así como la dirección política de la URSS se descuidó con los cambios, sobre todo, los cambios tecnológicos, de la globalización, Cuba también se ha descuidado con los cambios tecnológicos que ha implicado la globalización.
¿Está Cuba en capacidad competir en el plano tecnológico y comercial con las demás naciones del mundo en la era digital?
Creo que no: Cuba tiene que abrirse a las inversiones directas y de portafolio provenientes del exterior.
Aparte de que Cuba tiene que impulsar políticas y programas para modernizar las estructuras económicas para aumentar los índices de competitividad de la economía y ampliar la generación de divisas.
¿Es posible emprender ese amplio proceso de actualización y modernización de la economía con un régimen político cerrado como el que tiene Cuba actualmente?
Rotundamente no.
Cuba tiene que abrirse necesariamente a los cambios para poder avanzar en el campo de la historia y para poder colocarse a la altura de las urgencias y necesidades de la población si es que se quiere avanzar en el camino del progreso y del bienestar.
Ciertamente el Estado cubano no es un Estado fallido porque han mantenido esa revolución durante sesenta y dos años, sobreviviendo al bloqueo y a todas las conspiraciones del imperio, pero hay la urgente necesidad de modernizar el Estado cubano para emprender el necesario proceso de modernización de la economía y de la sociedad cubana.
Como la democracia es un producto histórico universal que es un producto de la humanidad, no del capitalismo, con la implementación de un amplio proceso modernización de la economía y de la sociedad hay que introducir líneas de democratización de la sociedad cubana.
Y la introducción de líneas de democratización en la sociedad cubana no tiene nada que ver con las presiones del imperio del Norte.