Por Milton Olivo

El combustible sube de precio, el gobierno subsidia el precio para evitar afecte a la población, y la población sigue consumiendo como si todo fuera normal. Es tiempo del gobierno hacer reducir el consumo, asi sea iniciando con limitar los vehículos circulantes según placa.

Estamos en guerra, el gobierno debe aplicar una economía estratégica de tiempos de guerra. No es hora de inversiones faraónicas. Es tiempo de construir nuestro aparato productivo, para estar en capacidad de sustituir importaciones y ser capaz de procesar nuestra agro producción.

El mundo se cae a pedazos y la población y el gobierno siguen gastando y administrándose como si todo estuviera bien. Dicen; piensa mal y acertará. Debemos prepararnos para los potenciales males de una tercera Guerra Mundial o en el mejor de los casos para salir fortalecidos.

La manera de RD salir fortalecida de la situación global actual es multiplicando nuestro potencial de exportaciones de productos tropicales frescos y procesados y sustituyendo importaciones por producción nacional, para lo que hay que construir la infraestructura industrial necesaria.

RD necesita un tejido de agroindustrias municipales. Para estar en capacidad de procesar nuestros excedentes agropecuarios y convertirlos en productos con potencial exportables. Lo que creará decenas de miles de empleos y multiplicará nuestro PIB e ingresos de divisas.

Crear un tejido de agroindustrias municipales, no le costará un centavo al gobierno. El gobierno debe construirlas, y luego convertir su valor en acciones de mil pesos, y venderlas a ciudadanos interesados o inversionistas internacionales. Creando empleos y atrayendo inversiones.

Con el efecto multiplicativo generador de empresas fruto de masificar producción agropecuaria y la demanda de servicios de las agroindustrias y si le sumamos desarrollar la pesca industrial y la acuicultura,  lo que incrementará la captación de ingresos del gobierno por incremento de exportaciones, nos proporcionará los recursos necesarios para RD impulsar la debida industrialización y el desarrollo de un sector post industrial.

El autor preside la Fundación para el Desarrollo Oceánico-Pesca y Acuicultura.