Por Cándido Mercedes
“La economía son los hombres y las mujeres, en efecto, pero no obedece a ninguno de ellos, ni siquiera a su suma. Que todo el mundo desee el crecimiento, eso nunca ha sido suficiente para impedir una recesión. Que todo el mundo desee la prosperidad, nunca ha sido suficiente para impedir la miseria. ¿Cómo iba a ser moral la economía, si no tiene voluntad ni conciencia? No hay una mano invisible, que sería la del mercado (eso no era, en Adam Smith, más que una metáfora), pero todavía menos una voluntad oculta: solo hay, como decía Althusser, procesos sin Sujeto ni Finalidades”. (André Comte-Sponville: El Capitalismo, ¿es moral?)
Confieso que me encuentro en una disrupción epistémica con el título de sociología salarial, cuando, de entrada, conocemos que esta última corresponde a la sociología del trabajo. Sociología salarial es el puente, el interregno entre la sociología del trabajo y la sociología económica. La sociología salarial sería el mix entre la economía y lo social y como impacto el salario en la problemática de la pobreza y la desigualdad. Como la retribución en los grupos sociales, en las clases sociales, repercute en las organizaciones, en el mercado y en la sociedad toda. El salario constituye el soporte medular de ese importante fenómeno social, que lo expresa el trabajo. El trabajo es la diana de toda sociedad que motoriza, como capital variable, a los demás capitales: financiero, comercial, técnico, tecnológico.
El salario es el más importante soporte para la existencia de la vida humana. Indica, por así decirlo, el tamaño de sus ingresos, el grado de desarrollo de las fuerzas productivas de una sociedad, los niveles de competitividad de una nación y el alcance de las elites (empresarial y política) de un país determinado. Vale decir, como andan los salarios en una formación social, me muestra muchos indicadores sociales que tienen que ver con la calidad de vida, los niveles de vida y el bienestar.
Desde la sociología salarial se asume que este es la recreación de la existencia y el desarrollo de las personas, a través de la cual el humano logra satisfacer buena parte de sus necesidades vitales. Por eso, la definición de salario mínimo consiste en que el que lo recibe logra obtener lo mínimo para su configuración como ser humano. Dicho de otra manera, por el trabajo realizado, hay un mínimo que te permite reproducirte armónicamente. Verbigracia: en Europa, en un 90% los empleados y trabajadores cubren sus necesidades con sus salarios. En Canadá por igual. En Estados Unidos en un 83-87%, dependiendo del Estado donde resida y labore. En América Latina y el Caribe no sucede igual. El salario mínimo no es vital. Aquí, en República dominicana, los salarios mínimos desde el 1995 a la fecha, nunca han logrado alcanzar a cubrir el costo de la Canasta del Quintil 1 del Banco Central, a lo largo del tiempo.
En nuestro país se define el salario mínimo como “la cuantía mínima de remuneración que un empleador está obligado a pagar a sus asalariados por el trabajo que estos hayan efectuado durante un periodo determinado”. El orden económico-tecnológico, jurídico-político, el moral y el ético, no se encuentran entrecruzados. El salario, visto desde la productividad, no es el horizonte para el empleador tomar en cuenta el mismo. Es más, se puede decir que la competitividad que podemos exhibir como país, la variable principal, lo constituye como “palma” el exiguo salario. Por eso la necesidad de
desnacionalizar el mercado laboral, pues la mano de obra extranjera es un componente para el salario deprimido de la sociedad dominicana.
¿Cómo explicar en el 2023 que el Salario mínimo mayor en Turismo sean RD$14,000.00 pesos, independientemente que estemos ante un hotel 5 estrellas con 1,000; 2,000; 3,000 empleados, y una mediana y pequeña empresa pague más? De igual manera, ¿por qué nuestro país es el que más salarios mínimos (17) tiene de toda la región y se encuentra entre los países que menos pagan, siendo actualmente la séptima economía latinoamericana y del Caribe?
Veamos el cuadro del salario mínimo en R. D. desde 1995 hasta 2023 del sector no sectorizado:
Conviene precisar, para no caer en el sesgo y manipulación con los datos, que los mismos se han realizado con el salario mínimo mayor, del sector no sectorizado desde el 1995. Lo ideal es realizar un promedio ponderado de los 5 establecidos en ese sector. En el caso de la ponderación del último aumento, daría RD$18,929.00, sobre todo, debe ser así, ya
que las medianas, pequeñas y micro empresas constituyen la masa más amplia de empleos del tejido empresarial, productivo. Esto sin considerar a los sectores sectorizados (turismo, construcción, agricultura, ganadería, zona franca, etc.).
Para el 2011 ocupábamos el puesto 64/94 con respecto al salario mínimo. En el 2007, nos colocábamos en el ranking: 43/71. En el 2022 nos situábamos en la posición 49/95 países evaluados. ¿Cuáles son los salarios mínimos en Latinoamérica en el 2023 según Bloomberg Línea hasta enero del presente año?
Si miramos las economías más grandes de América Latina y el Caribe: Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia, Perú: 5 de las 6 son las que pagan menos salarios mínimos cuando se traducen en dólares, para poder estandarizar y tener un marco de referencia más objetivo. ¿Qué entonces determina el salario? Ya sabemos que no es el tamaño de la economía, una hipótesis descartada por los hechos, por los datos, por la realidad, con evidencia empírica. ¿Un salario más alto o más bajo comparado entre países nos determina un mayor poder de compra, por ejemplo, de un brasileño y un dominicano? ¿Habría que determinar el costo de la economía?
Esta última pregunta es válida, pues sabemos que un colombiano con US$43.00 dólares, puede ir a un hotel o un restaurant y cenar con una pareja, desde entrada, vino, plato fuerte y postre. Aquí, fácilmente, eso sería el equivalente a un mínimo de US$200.00 dólares. El peso del costo de la economía es un factor más allá del tamaño. La determinación esencial, no es, pues, el monto en sí mismo, sino la capacidad de compra que se genera en el mercado en una economía determinada. Esto quiere decir que media como espina dorsal el salario nominal, “que es el expresado en unidades monetarias, por oposición al real, que se refiere a los bienes y servicios que es posible comprar con ese salario”.
¿Qué es el salario y su significación para ese gran gurú de la gerencia y en especial de la gestión humana, Idalberto Chiavenato? Dice “El salario es una contraprestación por el
trabajo que una persona desempeña en una organización. Para las personas el trabajo es un medio para alcanzar el objetivo intermedio que representa el salario. El salario constituye la fuente de la renta de cada persona que le proporciona poder adquisitivo. Define su nivel de vida y la satisfacción de su jerarquía de necesidades individuales. El monto de dinero que gana una persona también sirve de indicador de su poder y prestigio”.
Aquí en nuestro país existe un salario mínimo general (17), el más alto de la región; empero, no existe un salario mínimo profesional, existiendo enormes distorsiones internas y externas, muy abismales en las empresas privadas y en las instituciones públicas. El salario mínimo oficial en las instituciones públicas es de apenas RD$10,000.00 pesos. No obstante, cuando Participación Ciudadana elaboró en 2020 un estudio acerca de la Ley General de Salarios del Estado dominicano, se encontró con que había 11,601 personas, esto es el 2.81 % de los empleados públicos, que ganaba menos de los RD$10,000.00 y donde el promedio era de RD$5,653.66. Cabe destacar que esto no incluye los salarios de los ayuntamientos donde en algunos pagan RD$3,000.00 y RD$4,000.00 pesos mensuales.
Ricardo A. Valera en su libro Administración de la compensación (Sueldos, salarios y prestaciones) señala que para la época en que se aprobó el salario mínimo en México, en 1917, la visión fue para “satisfacer las necesidades normales de la vida del obrero, su educación y sus placeres honestos, considerándolo como jefe de familia”. Muy pocas veces, se ha hecho estudios de corte longitudinal para ver cómo han repercutido los salarios mínimos con respecto al salario real, a la disminución o no de la calidad de vida, del nivel de vida. El salario real es aquel que se obtiene “relacionando los índices de salario nominal y del costo de la vida, por lo que refleja los cambios en la cantidad de productos y servicios que se pueden adquirir con ese ingreso. Mide el poder de compra del salario”. Esto es, si el poder adquisitivo ha menguado o aumentado a lo largo del tiempo. Por eso, diseñamos el cuadro con el salario mínimo, costo de la canasta y brecha a lo largo del tiempo para verificar.
Es una manera de objetivizar el poder de compra real en cada momento y dejar atrás los discursos pueriles, huecos, con ejercicios distorsionantes y unas retóricas cargadas de ideología (sin datos, sin información). Las informaciones, las evidencias empíricas, factuales, el contexto, apuntan donde está la verdad, aunque en este juego, el presente es más destructivo que cualquier pasado. El pasado cuando es bueno trae nostalgia y es objeto de reflexión, cuando es negativo, el ser humano tiende a borrarlo y, en su imaginación, no articula comparaciones a menos que no sea vastísima la diferenciación.
Como nos dice Salvador Giner en su libro Sociología “La sociología de la economía estudia la relación de un orden económico dado en la sociedad que lo practica”. Nosotros, acotamos, la sociología salarial trata de auscultar en el salario mínimo, lo noble del salario mínimo vital, que necesita un empleado o trabajador para armonizarse plenamente con su existencia, en el plano, sobre todo material (alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestimenta, asistencia sanitaria y transporte).