MI SENTIR

Por Balbueno Medina

La sociedad dominicana ha sido testigo del ultraje y la ofensa más brutal que se haya cometido contra una figura pública, como la que ha proferido el señor Santiago Matías, al periodista Domingo Páez

El líder de la Generación Aolofoke, no solo ha proferido insultos personales y de carácter profesional contra Páez, sino que ha llegado al colmo de desearle la muerte, mediante el resurgimiento de una enfermedad catastrófica del cual Dios y la ciencia lo han librado.

Desde luego, por su parte el colega y amigo Domingo Páez, preocupado por la suerte de las presentes y futuras generaciones de nuestro país ha estado insistiendo en la necesidad de que en las redes sociales y los medios de comunicación se mantengan en alto el nivel de lenguaje y la ética de quienes tienen el privilegio de informar a través de esos medios de masas.

Simple y llanamente porque al señor Matías, no le interesa someterse a la disciplina y a la responsabilidad que conlleva informar con decencia y pulcritud de lenguaje la sociedad dominicana para contribuir a formar los ciudadanos que requiere el país, se ha opuesto rabiosamente a los postulados del periodista Domingo Páez, por  promover la ignorancia de quienes le siguen.

El líder de la Generación Alofoque, se opone a que los jóvenes dominicanos asciendan socialmente a través de la preparación académica, por lo que ha sostenido que no es necesario graduarse en una universidad para lograr los objetivos que se persiguen.

Estos dos puntos de vista, en torno a la sociedad que ambos aspiran para la Republica Dominicana, fue el punto de partida que se dio para que públicamente externaran a través de los medios que utilizan sus diferencias filosóficas de cara al porvenir de la juventud criolla.

Sin embargo, el pobre recurso académico e intelectual que maneja el señor Matías, que no le permitió tener un debate de altura lingüística con Domingo Páez, lo llevó a tomarse las contradicciones en el plano personal y de ahí es que nos hemos visto en la necesidad de intervenir en defensa del colega, porque su preocupación por la sociedad dominicana y el rumbo que lleva es la misma que compartimos quienes todavía vemos que solo estudiando y preparándonos cada vez más podremos superar la miseria y el atraso de nuestra nación.

Es por esa razón, que he venido insistiendo ante el Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) y los colegas que entienden que debemos salvar el buen nombre del ejercicio del periodismo, en apoyar sin reservas al periodista Domingo Páez, expresándole nuestra solidaridad ante el desafío que representa su enfrentamiento con el señor Matías, tanto para él como para el futuro de la profesión en nuestro país.

Sabemos que Santiago Matías, cuenta con el respaldo de personas que todavía no se han detenido a valorar el daño que con sus acciones ha venido haciendo ese desinformador a las nuevas generaciones de jóvenes de los barrios más populares de la capital, pero esperamos que puedan recapacitar a tiempo porque como ha dicho el mismo Domingo Páez, “la generación Alofoke nos hará más daño que bien en los años por venir”.

En fin, la hoja de servicio mostrada  por Domingo Páez, como exponente de honestidad, seriedad y profesionalidad, ante el surgimiento desconocido de Santiago Matías, en la vida pública dominicana nos presentan claramente de qué lado se debe inclinar la balanza de la credibilidad, la confianza y el porvenir promisorio del país.

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