Por: Alejandro Santos

Atravesamos una realidad impactada por nuevos acontecimientos que amenazan el mundo en todas sus dimensiones y actividades. Un informe de Policy Horizons Canada (PHC) ha identificado alrededor de 35 “disrupciones” que podrían potencialmente producir nuevos cambios en el mundo en un futuro cercano.

El estudio del PHC se realizó con expertos en diversas disciplinas, quienes se dedicaron a evaluar las probabilidades, el momento y los posibles efectos en cadena de estas “disrupciones”.

Vamos a citar algunas amenazas que establece este estudio:

La amenaza a la verdad. La gente podría no distinguir lo que es verdadero de lo que no lo es. Según el informe, existe la amenaza de que la desinformación tendrá un mayor impacto sobre la sociedad, la gobernabilidad y la credibilidad pública. Estas amenazas, aunque teóricas, deben ser consideradas seriamente para ayudar a los gobiernos a desarrollar políticas consistentes y resilientes.

Las amenazas a problemas ambientales, referentes al colapso del ecosistema debido a la pérdida de biodiversidad y los eventos climáticos extremos que superan nuestra capacidad de respuesta. Los impactos se podrían producir en cascada en todos los seres vivos, con el riesgo de poner en peligro necesidades humanas esenciales como el aire limpio, el agua y los alimentos. También tendrían impactos en la agricultura, la pesca y la explotación forestal, que podrían llevar a «pérdidas económicas significativas», dejando a las personas incapaces de «satisfacer sus necesidades básicas». El informe advierte que la creciente frecuencia de incendios forestales, inundaciones y tormentas severas podría destruir propiedades e infraestructuras, desplazando a millones de personas.

La amenaza de la inteligencia artificial (IA) que podría descontrolarse dentro de los próximos 4 o 5 años. El contenido generado por la IA podría terminar manipulando y dividiendo las poblaciones nacionales. Pueden ocurrir ciberataques que podrían desactivar infraestructuras críticas, afectando a los gobiernos en su capacidad para ofrecer servicios y comprometer el acceso a bienes indispensables.

Llama la atención dentro del informe el señalamiento de la influencia que tendrían los grandes multimillonarios sobre la formulación de políticas públicas y su capacidad para imponer sus valores y creencias en el mundo, “eludiendo los principios de gobernabilidad democrática”.

El pronóstico llega todavía más lejos, ya que a medida que crece el poder de los multimillonarios, la amenaza de que puedan adquirir capacidades de guerra y control sobre recursos naturales y activos estratégicos también aumenta.

El estudio resalta la amenaza de la perspectiva de escasez generalizada de recursos vitales como agua, arena y minerales críticos. Puntualiza que, en tan solo ocho años, esta escasez podría llevar al mundo a tener serios problemas de salud y estabilidad social.

La amenaza sobre los precios de los recursos. Los precios podrían volverse volátiles y las economías inestables a medida que los recursos vitales, antes abundantes, se vuelvan escasos. En consecuencia, la competencia por los recursos restantes podría causar inestabilidad y «degenerar en conflictos armados, llevando a las naciones a guerras por los recursos».

Otro aspecto preocupante del informe está relacionado con la movilidad social, la cual describe como una normalización descendente. Con la vivienda cada vez más inaccesible y los arreglos laborales más precarios, las condiciones socioeconómicas podrían incluso declinar de esta generación a la siguiente.

El informe también se refiere a la amenaza que sufrirán las democracias, porque las personas podrían perder la esperanza de mejorar sus niveles de vida a medida que aumenta la brecha entre los más ricos y los menos afortunados.

Otras amenazas tienen que ver con la inmigración y la agitación social. En definitiva, nos encontramos en un mundo lleno de contradicciones y perspectivas negativas.