Edmundo Ledesma

Marco de Referencia

Durante varios años el país tuvo la agradable sensación de que la era de los cortes eléctricos había llegado a su fin, sin embargo, como evocando la divina comedia de Dante Alighieri, o como un cáncer terminal que luego de un caro y agotador tratamiento reaparece para trastornar la vida de los dominicanos y aniquilar la actividad productiva de la República Dominicana, han retornado los odiosos apagones.

Un sistema eléctrico que debería generar un servicio de luz eficiente, con tarifas competitivas, capaz de impulsar la paz, el sosiego, el bienestar y el desarrollo económico, se ha convertido en un generador de frustraciones.

El desconcierto es tal que moradores de todas las provincias y demarcaciones del país, han encabezado actividades de protesta como vigilias, protestas y quemas de neumáticos, claramente fastidiados por apagones que oscilan en ocasiones entre ocho a veinte horas, en medio de una flagelante ola de calor.

Este contexto nada envidiable del sistema energético, es el producto de la falta de inversión, la falta de gerencia y la ausencia de un plan del equipo eléctrico del gobierno.

El presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad, Celso Marranci, ha pedido paciencia a la población, tras señalar que se hacen esfuerzos para mitigar los largos apagones. Además advirtió que de no atenderse con determinación la crisis, el sistema podría colapsar.

Y no es para menos, los números no mienten, el déficit del sistema eléctrico actualmente representa alrededor del 50% del déficit fiscal, situación que se ha venido enfrentando con empréstitos internacionales.

El déficit fiscal se encuentra cerca RD$300,000 millones, el Banco Central opera con un déficit mensual de RD$5,000 millones, la deuda del Estado dominicano representa el 60% del PIB, por lo que todos los economista coinciden en que es inaplazable una reforma forma fiscal, hoyo financiero que tiene como su principal culpable al sector eléctrico.

Es consecuencia, es imprescindible conjurar la crisis el sector eléctrico para que su saldo rojo no se trague los recursos que se derivaran  de la reforma fiscal  y así poder utilizar estos recursos para financiar el desarrollo y el progreso del país.

Lo lastimoso de este dato es que en la pasada gestión del presidente Danilo Medina, se estaban dando pasos concretos para terminar con este sempiterno problema que impacta negativamente de manera transversal a nuestra sociedad.

¡!Pero increíble!! Una especie de contra reforma echó por la borda todos los avances de la pasada administración.

Los números no mienten. tal y como se estable en el cuadro que precede este párrafo, en el año 2014 las pérdidas ascendieron a RD$52,704.40 millones de pesos, ya para el 2019 el déficit había bajado a RD$31,337.60 millones, ¡!pero cáspita!!, en solo tres años (Periodo 2020 al 2023), el subsidio de disparó a RD$86, 355.10 millones de pesos, unos 1,500 millones de dólares y las proyecciones para el 2024 es que el déficit supere los 2,000 millones de dólares.

Eso a pesar de incrementar la tarifa eléctrica  alrededor de un 30%. De lo contrario el faltante fuese mucho mayor.

Es evidente que la falta de gerencia campea por sus fueros y aunque nos piden paciencia y se anuncia un programa de reparación y compra de equipos, urge una gerencia más dinámica que dé respuesta a una comunidad que no aguanta más apagones y propuestas de soluciones que no se cumplen.

Pero por supuesto como este gobierno siempre tienen una excusa para exculpar su culpa, primero fue el Covib-19, luego la guerra de Rusia y Ucrania y ahora es Milton Morrison.

Algunos funcionarios (de esos que han inventado las excusas mas ridículas como que los apagones se deben a una chichigua, a una culebra o una ola de calor) dirán que están contribuyendo con la economía porque revivieron las venta de velas, lámparas de gas, inversores y baterías.

No queremos más chivos expiatorios, que queremos Luzzzzzzz!!!!!!!!!