*Por Milton Olivo

 

El mundo atraviesa un período de conflictos globales que, aunque preocupantes, también presentan oportunidades significativas para países como la República Dominicana.

En el epicentro de esta tensión se encuentra el enfrentamiento en el territorio ucraniano, que ha escalado más allá de una disputa entre dos naciones para convertirse en un conflicto entre mega polos de poder global. Por un lado, Estados Unidos y la OTAN, como la potencia hegemónica occidental, y por el otro, los países BRICHS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), liderados por China y Rusia. A este escenario se suman actores como Irán y Corea del Norte, que han intensificado su apoyo a Rusia en su guerra contra Ucrania.

Este conflicto, que muchos ya califican como una tercera guerra mundial en ciernes, se despliega en múltiples frentes. Además del conflicto ruso-ucraniano, otros focos de tensión incluyen el enfrentamiento perpetuo entre Israel y Palestina, las hostilidades entre Irán e Israel, la continua rivalidad entre Corea del Norte y Corea del Sur, y el prolongado conflicto entre Yemen y Arabia Saudita, con sus respectivos aliados, más el conflicto potencial entre China y Taiwán.

En medio de este panorama bélico, emergen oportunidades crecientes para la República Dominicana. El país posee un potencial tremendo en la producción de alimentos y pescado, si es capaz de desarrollar la pesca industrial y la acuicultura, sectores que podrían convertirse en una fuente clave de riqueza y empleo si se desarrollan adecuadamente.

La clave radica en la creación de un tejido de agroindustrias municipales que transforme los productos agropecuarios en bienes no perecederos con alto potencial exportable.

La República Dominicana está en una posición única para aprovechar estas oportunidades. Mientras los conflictos globales generan inestabilidad en la producción y suministro de alimentos en varias partes del mundo, la demanda de productos alimenticios de calidad y accesibles sigue en aumento.

Si el país se propone fortalecer su capacidad de producir alimentos e incrementar su capacidad agro industrializarlos, no solo podrá satisfacer esta demanda, sino que también se consolidará como un proveedor confiable en el mercado global, incrementando sus exportaciones, su PIB, la generación de empleos, de riqueza y oportunidades.

 

La estrategia para lograr esto podría centrarse en la construcción de agroindustrias municipales en cada rincón del país. Estas agroindustrias permitirían procesar y añadir valor a los productos agropecuarios, transformándolos en bienes exportables con una vida útil prolongada.

La visión es que el gobierno realice una inversión inicial en la construcción de estas instalaciones agroindustriales, para luego convertir esta inversión en acciones y venderlas a ciudadanos, tanto residentes como emigrados. Esto no solo garantizaría la sostenibilidad financiera del proyecto, sino que también involucraría a la diáspora dominicana en el desarrollo económico del país, fomentando un sentido de propiedad y participación entre los dominicanos.

Este enfoque tiene el potencial de transformar los actuales desafíos globales en oportunidades de crecimiento y desarrollo para la República Dominicana. A medida que las tensiones internacionales continúan, la demanda de alimentos y productos agroindustriales seguirá en aumento.

Con un enfoque estratégico en la creación de agroindustrias municipales, el país podría no solo aprovechar estas oportunidades, sino también posicionarse como un líder en la exportación de alimentos y productos derivados, generando riquezas y empleos para todos los dominicanos.

En conclusión, mientras el mundo lidia con destructivos conflictos militares de gran magnitud, la República Dominicana tiene la oportunidad de convertir la adversidad global en una fuente de crecimiento y prosperidad.

El desarrollo de un tejido de agroindustrias municipales no solo responderá a las necesidades del mercado global, sino que también impulsará el desarrollo económico interno, creando un futuro más próspero y sostenible para la nación.

*El autor es escritor y activista por una Quisqueya potencia.

 

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