Por Ing. Marco Tezanos

En las últimas semanas República Dominicana ha estado envuelta, una vez más en la gravedad de innumerable crisis energéticas que han afectado a todos los sectores económicos y social de los dominicanos. El sector eléctrico inicia este año 2025 con déficit de alrededor de 97 mil millones de pesos, entre subsidios y energía no cobrada, el equivalente a más de US$1,575 Millones a la tasa de cambio actual.

El gobierno ha tomado préstamos por más de US$1,500 millones, la mayor parte fueron desembolsado en el cuatrienio, 2020-2024, para ejecución de diferentes programas con organismos internacionales, que buscan mejorar el sistema eléctrico nacional.

Según sus detalles, financiamiento de un programa de mejoramiento de redes media y baja tensión, normalización de clientes de las empresas distribuidoras de electricidad a nivel nacional, financiamiento de expansión de redes y reducción de pérdidas técnicas en el área de distribución. Los dominicanos, hasta los que no son muy entendidos en la materia, se preguntan, qué estamos haciendo?.

El 25 de febrero del 2021 se concretó la firma del Pacto Nacional para la Reforma del Sector Eléctrico , donde se asumieron compromisos y responsabilidades por más de una decena de acuerdos, entre los que cabe señalar algunos debido a su impacto en el sector energético, citó: “ un plan integral de reducción de pérdidas de energía, llevarlas a un máximo de quince por ciento en seis años, a razón de un promedio de 2.7 puntos porcentuales anuales, con el propósito de medir el avance en materia de eficiencia administrativa.

Por otra parte, el abastecimiento de la demanda de energía en porcentaje de cobranzas, relación gastos operativos e ingresos, índice de abastecimiento, un plan de negocios estratégicos para mejorar la gestión de las empresas eléctricas, etc. Esos planes indicativos tendrán una vigencia hasta el 2030 y deberán ser incorporados en los planes nacionales y plurianuales del sector público, revisados y actualizados cada cuatro años. Dicho esto, por mencionar algunos de los acuerdos y pasando revista volvemos a preguntarnos, qué estamos haciendo?.

Seguimos con el panorama actual para no adentrarnos a otros temas con responsabilidades y acuerdos de suma importancia del sector energético, como son: régimen tarifario y regulatorio efectivo, calidad en el servicio eléctrico, protección de los derechos de los clientes, desarrollo de planes de expansión a largo plazo y a costo mínimo de las actividades de generación, transmisión y distribución, ahorro y eficiencia fundamentales en el ámbito de la sostenibilidad financiera del Sub-sector eléctrico, debemos señalar que para el mes de noviembre del 2024 las pérdidas totales promedio de las tres distribuidoras ascendieron a 44.5 por ciento.

En consecuencia, esto nos indica que estamos en presencia en gran medida, de falta de inversión en infraestructura de distribución y transmisión para el mejoramiento de la red, de igual manera ineficiencias en la gestión de las distribuidoras, referente a la comercialización, por otra parte, el incremento significativo del subsidio eléctrico.

En ese contexto, residentes en diversos sectores del país deploran la difícil situación que viven actualmente por las largas tandas de apagones en gran parte del territorio nacional. Todo eso provocado porque las autoridades decidieron recurrir a los llamados apagones financieros, que son interrupciones en los diferentes circuitos, con el objetivo de reducir los niveles de pérdidas, pero produciendo otro efecto indeseado en la población, por lo que deberían evaluarse otras alternativas y adoptar políticas para mitigar el impacto de las interrupciones que tanto irritan a la población, y afectan a la sostenibilidad económica y social del país. Seguimos con la pregunta, que estamos haciendo el el sector eléctrico?.

Entonces, que será lo que nos está pasando?, no hay voluntad política suficiente para enfrentar los retos y desafíos, será que debemos excluir el tema político del sector, siendo este tan técnico, será que debemos buscar el equilibrio con los diferentes sectores y autores por el bien común.

Si, todo eso es posible, junto con las demás decisiones que deben tomarse y nos parece que no tenemos tiempo para perder, es urgente que el gobierno y los actores del sector eléctrico impulsen una reforma integral, que aborde los problemas estructurales que han llevado al incremento del déficit y las pérdidas en las Edes, mejorando la eficiencia en la gestión, reduciendo las pérdidas técnicas y no técnicas, aumentando las inversiones en infraestructura, focalizacion del subsidio, de manera transparente y justa, con el propósito de disminuir la carga que actualmente representa para las finanzas públicas. Esas medidas entre otras, son pasos esenciales en la estabilización del sector.

Hacia una mirada optimista tenemos una gran fortaleza, y es que en nuestros país existe una cantidad considerable de profesionales, preparados y con mucha experiencia que contribuirían a formar parte de la solución de un sector complejo y diverso, donde gobierno y sector privado trabajen juntos para abordar esta crisis, a los fines de garantizar un futuro energético seguro y sostenible para todos los dominicanos.

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