Por Narciso Isa Conde

A  no pocas personas les parecía exagerado y hasta ofensivo hablar de mafias cuando nos referíamos a la impunidad y corrupción de las últimas décadas, pero la reciente investigación sobre la estructura y manera de operar de Alexis Medina Sánchez, hermano del ex -presidente Danilo Medina, indica que no había ningún despiste, ni gana de joder.

Es que muchas veces para ser creíbles  por ciertos sectores de la sociedad  tales denuncias requieren de un sello oficial confiable y  esta vez ese sello lo puso Miriam Germán desde la nueva Procuraduría General de la República.

La colección del periódico Tiro al Blanco, versión papel y versión TV-Radio,  determinadas publicaciones del Movimiento Caamañista-MC y una parte de mis libros y ensayos, contienen un formidable pliego de denuncias  que anticipadamente revelaron como el Estado dominicano se fue convirtiendo en un Estado delincuente, protector de mafias políticas, empresariales y militares de mayor envergadura que la que ahora el Ministerio Publico ha convertido en un contundente expediente criminal.

Esas informaciones, que están a disposición de las autoridades judiciales, superan la categoría de rumor público y bien pueden ser muy útiles para investigar y construir expedientes consistentes.

En los  60 años posteriores al ajusticiamiento del tirano, la corrupción remontó hasta convertirse en un sistema protegido por un régimen de impunidad, que la cúpula del PLD en sus 20 años de gestión estatal  amplió y perfeccionó…

De esa manera se conformó un conjunto de asociaciones delictivas estatales-privadas, en las que lo público corresponde a militares y civiles en puesto de mando en el gobierno central, Congreso, órganos de fiscalización, sistema de justicia,  instituciones policiales y castrenses; y lo privado  está integrado por cúpulas políticas, testaferros, grandes  empresarios y  narco-empresarios. Y de esa manera se entrelazaron múltiples mafias, cada una con diversas bandas.

La Banda Alexis, con tutoría en las alturas del poder, no es la única del danilismo.

Abundan otras en sus moradas entrañas, como también las hay en el leonelismo, balaguerismo, perredeismo y perremeismo. Pero además existen y se destacan aquellas con preeminencia oligárquica-empresarial o policial-militar, o de corporaciones transnacionales.

La gama es sumamente variada.

Las bandas mayores tienen su referentes en escándalos, fraudes y estafa tipo Odebrecht-Punta Catalina (con ex-presidentes incluidos), Consorciados, Renove,  Sun Land, Peme, OMSA, CEA, OISOE, Tucanos,  Gas Propano, Asfalto,  Barrick, Antena Latina, Sansouci, COGENTRIX… y sobre no pocas de ellas la nueva Procuraduría tiene, o puede obtener, informaciones comprometedoras, incluido el dossier de ANTENA LATINA que personalmente entregué a esa institución.

Respecto al caso Odebrecht se formaron varias bandas con distintos colores políticos y empresariales, de las que en buena justicia no pueden escapar actores relevantes pertenecientes al PLD, PRD, PRM y a empresas consorciadas, más si se aprovechan a fondo las informaciones que pueden ofrecer los tres brasileños que llegaron recientemente a nuestro país por petición de la Procuraduría y decisión de la justicia de Brasil.

Está bien  que se comenzara por los  Medina Sánchez, pero la conciencia de que la justicia selectiva no es justicia, impone la urgencia de abarcar diversas muestras políticas y sociales de la corruptela impune; más cuando el nuevo gobierno se asocia con una parte de sus protagonistas y beneficiarios, tanto en el plano político como en el empresarial y policial.

Es abarcando toda la diversidad mafiosa que realmente se pone a prueba la independencia del Ministerio público y del Poder Judicial.