SANTO DOMINGO.-El presidente del Partido de la Liberación Dominicana, Leonel Fernández, dijo que la revolución democrática institucional, a la que aspiraban, con el triunfo electoral peledeísta del 2006, que se reencontraba con el proceso histórico interrumpido en el 1963, tenía como meta esencial la elaboración de la Constitución dominicana del siglo XXI.
Leonel Fernández refirió que con un Congreso mayoritario del PLD se impulsó una reforma constitucional, que era parte de un proyecto más amplio de reforma política, que serviría para la promoción de la revolución democrática institucional.
“Esa reforma política incluía una reforma administrativa y financiera del Estado, con la promulgación de una nueva ley de contraloría; de tesorería; y de presupuesto. De igual manera, la creación del Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo; y el Ministerio de Administración Pública”, explicó Fernández en su Observatorio Global de este lunes publicado en el Listín Diario y Vanguardia del Pueblo Digital.
El expresidente de la República agregó que la reforma incluyó también las directrices para una la ley de partidos; la ley electoral; la ley de función pública; un código de la comunicación; y un código de la cultura, que incluirían las leyes sobre cine; el audiovisual; el internet y las redes sociales; así como todo lo relativo al diseño y aplicación de las políticas culturales.
Aclaró que algunos de estos proyectos aún están pendientes de realizarse y que sin embargo, su mera concepción ponen en evidencia que había, desde aquellos tiempos, una clara visión acerca de la importancia de la dimensión institucional para el desarrollo nacional.
Apuntó que los países que disfrutan de un Estado democrático consolidado, la Constitución suele disponer de estabilidad y permanencia. No se modifica constantemente. No está sujeta a los intereses particulares de una coyuntura electoral. La Constitución, como norma sustantiva del Estado, suele gozar de cierta perdurabilidad.
Puso como ejemplo que en España, luego de la transición democrática, post-franquista, se proclamó una nueva Carta Magna en 1978, transcurriendo 41 años, y en ese país ibérico a nadie se le ha ocurrido modificarla. “Lo mismo ha sucedido en los países latinoamericanos que se incorporaron a la ola neo-constitucionalista de los años 90: Colombia, Chile, Uruguay, Argentina”.
“Ni qué hablar del caso de los Estados Unidos. En ese país, la Constitución, elaborada hace más de 200 años, no ha sido modificada nunca. Se le añaden, cada cierto tiempo, enmiendas, pero no se toca su contenido original”, agregó.
Expresó que la Constitución dominicana del 2010, por el contrario, fue modificada cinco años después, en el 2015, con la finalidad de facilitar la reelección presidencial y que ahora, cuatro años más tarde, en el 2019, se pretende repetir la operación.
“Eso, por supuesto, representa un retroceso con respecto a la ilusión creada con el triunfo electoral del PLD en las elecciones congresuales de 2006, de fomentar la tan anhelada revolución democrática e institucional”, expuso.
Leonel Fernández espera que esas ilusiones no desaparezcan, y que, por el contrario, resplandezcan siempre en la conciencia nacional.