NUEVA YORK. Argenoves Pinales, un dominicano de 25 años, acaba de naturalizarse ciudadano de Estados Unidos. Ahora sueña con convertirse en policía de Nueva York y votar contra Donald Trump dentro de dos años.
Es uno de 200 inmigrantes venidos de 47 países que fueron naturalizados el martes, la víspera de la fiesta de independencia estadounidense, en una ceremonia en la biblioteca de Nueva York, y uno de más de 14.000 que harán lo mismo en docenas de eventos similares entre el 28 de junio y el 10 de julio.
“Todo el mundo en mi casa es ciudadano, así que me decían ‘tienes que naturalizarte, así si algo pasa te puedes quedar aquí’”, dijo el joven que alterna dos empleos, como asistente médico y gerente de un restaurante.
Mientras Trump hace de la reducción en el flujo de migrantes uno de sus principales caballitos de batalla, Pinales está decidido a usar su nuevo derecho al voto para detenerlo.
“Me volví ciudadano para votar”, dijo, con los ojos puestos en 2020, la próxima vez que los estadounidenses elijan presidente.
“Cuando habla es todo él, él, él, él. Sabes que es rico, tiene dinero así que no le importan los pobres”.
A pesar del endurecimiento migratorio actual, el número de visas permanentes concedidas es por el momento superior a los primeros años de la presidencia de Barack Obama, según un análisis de The Washington Post de datos oficiales.
Sin embargo, el número de personas que recibirán esas visas deberá caer 12% en los primeros dos años del gobierno de Trump, según las proyecciones del diario, con importantes variaciones de acuerdo al país de origen.