Haití sigue latente el germen de los disturbios ocurridos en julio pasado por el alza de los combustibles pues el pueblo haitiano atraviesa por una situación biológicamente insoportable por carecer de lo mínimo para sobrevivir, según afirmó el economista y politólogo haitiano Joseph Harold Pierre.
“Yo digo que es biológicamente insoportable porque el ser humano tiene que tener lo mínimo para sobrevivir, para comer, y si no tienes eso reaccionarás de cualquier manera para garantizar tu supervivencia”, afirmó en declaraciones para HOY.
Al hacer ese planteamiento expresó que si no se tiene ni siquiera la comida diaria es normal que se reaccione de manera violenta cuando se anuncia el alza de la gasolina, ya que ese producto repercute de manera directa en el incremento de la pobreza.
Pierre consideró que técnicamente fue acertada la decisión del Gobierno haitiano de aumentar la gasolina porque los subsidios tienden a beneficiar a los más ricos.
Sin embargo, explicó que esa medida debió estar acompañada por una reorientación de los subsidios hacia sectores como la educación y la salud, que son indispensables para el desarrollo de los pueblos.
“Ya sabemos que la educación en Haití no está democratizada, aunque hay algunas buenas escuelas; la salud es increíble, se invierten alrededor de 50 dólares per cápita y eso revela la grave situación por la que atraviesa el pueblo haitiano”, sostuvo.
Un problema de fondo. La ausencia de élites políticas, económicas e intelectuales impide que Haití logre el nivel de cohesión social que le permita alcanzar estabilidad política y desarrollo socioeconómico, consideró Pierre al analizar la crisis social del vecino país.
Desde esa perspectiva Pierre plantea que el problema más grave es que en su país no hay una clase política y, por el vacío de liderazgo, cualquier persona puede emerger en el ámbito político.
“Quien goza de alguna popularidad, sobre todo en el mundo musical, puede llegar; por eso tenemos a muchos músicos en el Parlamento, por eso tuvimos al expresidente Michel Martelly, y al presidente Jovenel Moise, que no tiene ninguna experiencia política”.
En ese contexto aseguró que en Haití no hay partidos políticos, “porque partidos políticos no significa solamente una agrupación de personas con aspiraciones políticas, sino que respondan a una estructura, una tradición, una historia”.
“En Haití los partidos nacen con las elecciones y mueren antes de las próximas elecciones, por lo tanto no hay liderazgo político, élite política ni autoridad política”.
Pierre consideró además que en su país solo hay grupos económicos, no élites: una burguesía extranjera que se asentó a fines del siglo XIX y una burguesía duvalierista, en alusión al presidente Francois Duvalier (Papa Doc).
Ninguno de esos grupos, de acuerdo con sus declaraciones, se identifica con la realidad haitiana, con los problemas cotidianos y tampoco tienen responsabilidad social.
Sobre el compromiso de los intelectuales dijo que estos son vitales para ayudar a la comprensión de los problemas nacionales. En ese sentido refirió que en su país hay intelectuales muy preparados pero tienen que trabajar más para la gente.
Las consecuencias. Pierre expresó que esas debilidades provocan que su país esté empantanado socialmente.
“Por ausencia de una élite política nunca se han desarrollado en Haití las condiciones para la inversión en el país, tanto de la burguesía haitiana como de inversiones extranjeras”.
“Esa es la situación, no tenemos élites económica, política ni intelectual, nos falta el cimiento para cohesión social en Haití. En resumidas cuentas el problema haitiano es falta de liderazgo”.