Santo Domingo
Las aguas residuales que no se depuran en la ciudad se vierten en el acuífero, por donde se filtran hasta llegar a los ríos, donde las actividades humanas se desarrollan, teniendo un impacto sobre ellas.
Como consecuencia del paso de estas aguas contaminadas, el país se ve afectado. El hedor que se extiende al Gran Santo Domingo y en el río Isabela es una de las principales secuelas. Al igual que el impacto que recae sobre la pesca y el uso que las personas le dan a estas aguas, quienes se ven afectados por la proliferación de baterías que atentan contra su salud.
Con el fin de erradicar este problema medioambiental, el director de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), Alejandro Montás, realizó ayer un recorrido por la Estación Depuradora de Aguas Residuales del río Ozama, Mirador Norte/La Zurza, obra que se encuentra avanzada en 99.20 %, para entrar en funcionamiento a finales del segundo semestre del 2019. “Habíamos perdido la esperanza en la recuperación de los ríos Ozama e Isabela. Hoy estamos construyendo una obra tangible que es el primer inicio de la comisión permanente que se creó para el rescate de esos ríos”, dijo el funcionario.
Montás consideró el proyecto como uno de los más importantes en términos de salud, al reconocerlo como el hospital preventivo más grande del país.
Agregó, además, que “esto es un proyecto de alta rentabilidad social porque va a permitir que la gente se enferme menos porque agregará más calidad y nivel de vida a la gente”.
La obra beneficiará a una población de 450,000 personas ubicadas en 22 sectores de Santo Domingo Norte y el Distrito Nacional, entre ellos La Agustina, ensanche La Fe, Los Jardines del Norte, San Juan Bosco, Villa Consuelo, Villa Juana; los barrios 24 de Abril, Simón Bolívar, Capotillo, La Zurza, Las Cañitas, Cuesta Hermosa I y II, Cerros de Arroyo Hondo, Isabel Villas, Viejo Arroyo Hondo y los ensanches Miraflores, Espaillat y Luperón, Los Guaricanos, Villa Mella y Sabana Perdida.
La planta sacará un caudal de 27 millones de galones de agua contamina, para ser depuradas y reenviadas completamente limpias a estas riveras. Al finalizar el proceso de depuración, el producto final es un “lodo” que se verterá en ocho camiones para transportarlo diariamente, y que servirá de abono orgánico en el sector ganadero, agrícola y para el mejoramiento del suelo.