Para muchas personas que no tienen pareja, San Valentín puede ser un día oscuro: sienten soledad y angustia, o al menos así se representa a “los solos y solas” en muchas películas de Hollywood: el cine ha sido el gran precursor de la idea romántica que tenemos sobre el amor; visión que en estos tiempos está bajo la lupa.

“Hay una discusión, un debate permanente sobre el amor romántico que viene, sobre todo, de las arcas del feminismo y los movimientos de diversidad sexual, quienes disputan la noción monogámica”, asegura Eleonor Faur, doctora en ciencias sociales y autora, junto a Alejandro Grimson, del libro “Mitomanías de los sexos. Las ideas del siglo XX sobre el amor, el deseo y el poder que necesitamos desechar para vivir en el siglo XXI”.

Según la mirada de esta académica, asistimos a un “debate permanente” sobre el amor en el que se muestra al patriarcado como un sistema que construye relaciones de poder y “en el que la aspiración de las mujeres es ser deseadas mientras los varones tienen otras libertades al momento de decidir tener pareja. Hoy hay nuevas formas de relacionarse que son incipientes y están en construcción. Una cultura no se transforma por decreto”, asegura.

El cambio que atraviesan las estructuras “sexoafectivas”, como las llama Faur, se puede ver en algunas novelas, películas y series como en Wanderlust, que cuenta la historia de una pareja de más de 20 años, desgastada por el paso del tiempo, que decide abrir la relación. O en Yo, tú, ella, otra serie en la que un matrimonio tradicional se enamora de una tercera persona.