En una época pasada una élite reducida de ciudadanos seleccionaba o elegía gobernantes y emperadores. Incluso los primeros reglamentos o Constituciones que constituían el ordenamiento jurídico de los nacientes Estados se realizaban del mismo modo. Por lo tanto, la gran mayoría de los pobladores estaban desvinculados de las grandes decisiones.

Fue a finales del siglo XIX y a principio del siglo XX cuando se abrió el abanico del sufragio electoral que trajo consigo la democratización de los procesos electorales de entonces. En efecto, surgieron los partidos de masas y se abrió todo un proceso jurídico  que culminó con el reconocimiento legal y constitucional de las fuerzas políticas organizadas.

Desde entonces, los partidos políticos son eje primordial en el sistema políticos de la democracia. Y en los años transcurridos hasta nuestros días contemporáneos han contribuido al desarrollo y el fortalecimiento del sistema democrático, de igual modo en el Estado comunista. Esto ha sido posible en virtud de la interacción sociedad, partido, Estado y, sobre todo, del vínculo de los partidos con la sociedad y las masas.